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sábado, 30 de julio de 2011

20N: Fiesta de Jesucristo Rey del Universo

20 N: ELECCIONES GENERALES
Todo son comentarios al anuncio de las elecciones para el 20 de Noviembre. Y como la política es así no faltan las cábalas sobre las coincidencias del 20 N con fechas emblemáticas del pasado: muerte de Franco y muerte de José Antonio. Yo no suelo comentar noticias de carácter político, porque este campo está siempre sembrado de minas, y no es el mío. Pero al pensar en el 20 N de este año no me ha venido a la cabeza ninguna muerte histórica, sino que ese día precisamente celebramos la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.
Todos los reinados políticos pasan, y con ello pasan los que lucieron sobre su cabeza la corona del poder. Zapatero, una vez que se retire de la vida pública, pasará al desván de los recuerdos. Para unos bien, para otros nefasto. Pero así es todo lo humano, todo lo opinable. Por eso me quedo con el dato religioso, el que no pasa nunca.





Jesucristo es Rey, Señor, del Universo. Los que tenemos fe confiamos en esa influencia espiritual que ha transformado la vida de tantos pueblos y personas a lo largo de 2.000 años. En este tiempo un sinfín de “poderosos” ya es historia casi olvidada. Franco hace ya muchos años que reposa en su sepulcro. No se ha olvidado porque bastantes se empeñan en denostarlo desde la atalaya de la política. Y lo importante del Valle de los Caídos no es la sepultura que hay en la nave central de la Basílica, sino la imponente cruz que corona el promontorio y domina el Valle. En esa cruz murió el Rey del Mundo para salvarnos de la miseria espiritual. Y su cuerpo sagrado lo recibiría su Madre Santísima para abrazarlo una vez más. Y posteriormente resucitaría para estar con el Padre, y con todos nosotros para siempre, y en todos los Sagrarios, por tanto también en el de la Basílica del Valle.
En ese día de la fiesta de Cristo Rey, al que muchos le tienen fobia, nos tocará elegir al “señor” que temporalmente dirigirá los destinos de España. Falta le hará la ayuda de Dios para sacar a España de la cuneta, e intentar lavarle un poco la cara de la miseria que sobre ella han vomitado bastantes desalmados.
Los políticos se enfrascarán, como es lógico, en sus campañas, pero España es de todos, y tenemos que quererla y defenderla. Los creyentes lo mejor que podemos hacer es rezar ya para que quien coja las riendas del gobierno, desde la lealtad, la verdad y la honradez haga posible que los parados encuentren trabajo, los niños y jóvenes sean bien educados, las familia defendida, la vida respetada, los enfermos bien atendidos, y los ancianos conducidos con amor hasta el final natural de sus vidas.
Que Jesucristo Rey del Universo nos ayude a todos, y especialmente el día 20 de Noviembre, día de su fiesta.



Domingo XVIII del Tiempo Ordinario. Ciclo A

DOMINGO XVIII -A




PRIMERA LECTURA

Venid y comed

Lectura del libro de Isaías 55, 1-3

Así dice el Señor:
Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los que no tenéis dinero: venid, comprad trigo, comed sin pagar vino y leche de balde.
Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta, y el salario en lo que no da hartura?
Escuchadme atentos, y comeréis bien, saborearéis platos sustanciosos.
Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme, y viviréis.
Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 144, 8-9. 15-16. 17-18 (R.: cf. 16)
R. Abres tú la mano, Señor, y nos sacias de favores.

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R.

Los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo; abres tú la mano, y sacias de favores a todo viviente. R.

El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. R.

SEGUNDA LECTURA

Ninguna criatura podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 35. 37-39

Hermanos:

¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?

Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Palabra de Dios.

Aleluya Mt 4, 4b

No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.


EVANGELIO

Comieron todos hasta quedar satisfechos

Lectura del santo evangelio según san Mateo 14, 13-21

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos.

Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:

Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer. Jesús les replicó:
No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.
Ellos le replicaron:
Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.
Les dijo:
Traédmelos.
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
Palabra de Dios.

Comentarios de las lecturas

Audio: XVIII, Mt 14,13, Milagro de los panes y peces -Padre Jordi Rivero

LOS BIENES MESIÁNICOS
Colección Hablar con Dios de Francisco Fernández Carvajal www.FranciscoFCarvajal.org

— Multiplicación de los panes. Jesús cuida de quienes le siguen.

— Este milagro es, además, figura de la Sagrada Eucaristía, en la que el Señor se da como alimento.

— Buscar al Señor en la Comunión como aquellas gentes que se olvidaban hasta de lo indispensable para no perderle. Preparar cada Comunión como si fuera la única de nuestra vida.

I. Nos has dado, Señor, Pan del Cielo que encierra en sí toda delicia1.

El Evangelio de la Misa2 relata cómo el Señor se alejó en una barca, Él solo, hacia un lugar desierto. Pero muchos se enteraron y le siguieron a pie desde las ciudades. Al desembarcar vio a esta multitud que le busca y se llenó de compasión por ella y curó a los enfermos. Los sana sin que se lo pidan, porque, para muchos llegar hasta allí llevando incluso enfermos impedidos, ya era suficiente petición y expresión de una fe grande. San Marcos3 señala, a propósito de este pasaje, que Jesús se detuvo largamente enseñando a esta multitud que le sigue, porque andaban como ovejas sin pastor, de tal manera que se hizo muy tarde. Se le pasa el tiempo al Señor con aquellas gentes, y los discípulos, no sin cierta inquietud, se sienten movidos a intervenir, porque la hora es avanzada y el lugar desierto: despide a la gente para que vayan a las aldeas a comprarse alimentos, le dicen. Y Jesús les sorprende con su respuesta: No tienen necesidad de ir, dadles vosotros de comer. Y obedecen los Apóstoles; hacen lo que pueden: encuentran cinco panes y dos peces. Es de notar que eran como unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. Jesús realizará un portentoso milagro con estos pocos panes y peces, y con la obediencia de quienes le siguen.

Después de mandar que se acomodaran en la hierba, Jesús, tomando los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, recitó la bendición, partió los panes y los dio a los discípulos, y los discípulos a la gente. Comieron todos hasta que quedaron satisfechos. El Señor cuida de los suyos, de quienes le siguen, también en las necesidades materiales cuando es necesario, pero busca nuestra colaboración, que es siempre pobre y pequeña. «Si le ayudas, aunque sea con una nadería, como hicieron los Apóstoles, Él está dispuesto a obrar milagros, a multiplicar los panes, a cambiar las voluntades, a dar luz a las inteligencias más oscuras, a hacer –con una gracia extraordinaria– que sean capaces de rectitud los que nunca lo han sido.

»Todo esto... y más, si le ayudas con lo que tengas»4. Entonces comprendemos mejor lo que nos dice San Pablo en la Segunda lectura: ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada? (...). Mas en todas estas cosas vencemos por aquel que nos amó. Porque persuadido estoy que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni lo presente, ni lo futuro, ni las potestades, ni la altura, ni la profundidad, ni ninguna otra criatura podrá separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor5.

Ni las adversidades en la vida personal (pequeños o grandes fracasos, dolor, enfermedad...), ni las dificultades que podamos encontrar en el apostolado (resistencia de las almas en ocasiones a recibir la doctrina de Cristo, hostilidad de un ambiente que huye de la Cruz y del sacrificio...) podrán separarnos de Cristo, nuestro Maestro, pues en Él encontramos siempre la fortaleza.

II. El relato del milagro comienza con las mismas palabras y con las mismas actitudes con que los Evangelios y San Pablo nos han transmitido la institución de la Eucaristía6. Tal coincidencia nos hace ver7 que el milagro, además de ser una muestra de la misericordia divina de Jesús con los necesitados, es figura de la Sagrada Eucaristía, de la cual hablará el Señor poco después, en la sinagoga de Cafarnaún8. Así lo han interpretado muchos Padres de la Iglesia. El mismo gesto del Señor –elevar los ojos al cielo– lo recuerda la Liturgia en el Canon Romano de la Santa Misa: Et elevatis oculis in caelum, ad Te Deum Patrem suum omnipotentem... Al recordarlo nos preparamos para asistir a un milagro mayor que la multiplicación de los panes: la conversión del pan en su propio Cuerpo, que es ofrecido sin medida como alimento a todos los hombres.

El milagro de aquella tarde junto al lago manifestó el poder y el amor de Jesús a los hombres. Poder y amor que harán posible también que encontremos el Cuerpo de Cristo bajo las especies sacramentales, para alimentar, a todo lo largo de la historia, a las multitudes de los fieles que acuden a Él hambrientas y necesitadas de consuelo. Como expresó Santo Tomás en la secuencia que compuso para la Misa del Corpus Christi: Sumit unus, sumunt mille... «Lo tome uno o lo tomen mil, lo mismo tomen este que aquel, no se agota por tomarlo...».

«El milagro adquiere así todo su significado, sin perder nada de su realidad. Es grande en sí mismo, pero resulta aún mayor por lo que promete: evoca la imagen del buen pastor que alimenta a su rebaño. Se diría que es como un ensayo de un orden nuevo. Multitudes inmensas vendrán a tomar parte del festín eucarístico, en el que serán alimentadas de manera mucho más milagrosa, con un manjar infinitamente superior»9.

Esta multitud que acude al Señor revela la fuerte impresión que su Persona había producido en el pueblo, pues tantos se disponen a seguir a Jesús hasta las alturas desiertas, a gran distancia de los caminos importantes y de las aldeas. Suben sin provisiones, no quieren perder tiempo en ir a procurárselas por miedo a perder de vista al Señor. Un buen ejemplo para cuando nosotros tengamos alguna dificultad para visitarle o recibirle. Por encontrar al Maestro vale la pena cualquier sacrificio.

San Juan nos indica que el milagro causó un gran entusiasmo en aquella multitud que se había saciado10. «Si aquellos hombres, por un trozo de pan –aun cuando el milagro de la multiplicación sea muy grande–, se entusiasman y te aclaman, ¿qué deberemos hacer nosotros por los muchos dones que nos has concedido, y especialmente porque te nos entregas sin reserva en la Eucaristía?»11.

En la Comunión recibimos cada día a Jesús, el Hijo de María, el que realizó aquella tarde este grandioso milagro. «Nosotros poseemos, en la Hostia, al Cristo de todos los misterios de la Redención: al Cristo de la Magdalena, del hijo pródigo y de la Samaritana, al Cristo resucitado de entre los muertos, sentado a la diestra del Padre (...). Esta maravillosa presencia de Cristo en medio de nosotros debería revolucionar nuestra vida (...); está aquí con nosotros: en cada ciudad, en cada pueblo (...)»12. Nos espera y nos echa de menos cuando nos retrasamos.

III. Los ojos de todos te están aguardando, // tú les das la comida a su tiempo; // abres la mano, // y sacias de favores a todo viviente, leemos en el Salmo responsorial13.

Jesús, realmente presente en la Sagrada Eucaristía, da a este sacramento una eficacia sobrenatural infinita. Nosotros, cuando deseamos expresar nuestro amor a una persona le damos algún objeto, nuestros conocimientos, le hacemos favores y le prestamos ayudas, procuramos estar pendientes de la persona amada..., pero siempre encontramos un límite: no podemos darnos nosotros mismos. Jesucristo sí puede: se nos da Él mismo, uniéndonos a Él, identificándonos con Él. Y nosotros, que le buscamos con más deseos y más necesidad que aquellas gentes que se olvidan incluso del alimento hasta hallarle, le encontramos cada día en la Sagrada Comunión. Él nos espera, a cada uno. No aguarda a que le pidamos: nos cura de nuestras flaquezas, nos protege contra los peligros, contra las vacilaciones que pretenden separarnos de Él, y aviva nuestro andar. Cada Comunión es una fuente de gracias, una nueva luz y un nuevo impulso que, a veces sin notarlo, nos da fortaleza para la vida diaria, para afrontarla con garbo humano y sobrenatural, y para que nuestros quehaceres nos lleven a Él.

La participación de estos beneficios depende, sin embargo, de la calidad de nuestras disposiciones interiores, porque los sacramentos «producen un efecto mayor cuanto más perfectas son las disposiciones en que se los recibe»14. Disposiciones habituales de alma y cuerpo, de deseos cada vez mayores de limpieza y de purificación, acudiendo a la Confesión con la periodicidad que hemos establecido en la dirección espiritual, o antes si fuera necesario o solo conveniente. El amor nos llevará a una honda piedad eucarística. «Esta –señalaba Juan Pablo II en su primer viaje a España– os acercará cada vez más al Señor; y os pedirá el oportuno recurso a la Confesión sacramental, que lleva a la Eucaristía, como la Eucaristía lleva a la Confesión»15. Los dos sacramentos, que hacen al alma más delicada y más fino y puro el amor, están íntimamente relacionados.

Cuanto más se acerca el momento de comulgar, más vivo se ha de hacer el deseo de preparación, de fe y de amor. «¿Has pensado en alguna ocasión cómo te prepararías para recibir al Señor, si se pudiera comulgar una sola vez en la vida?

»—Agradezcamos a Dios la facilidad que tenemos para acercarnos a Él, pero... hemos de agradecérselo preparándonos muy bien, para recibirle»16, como si fuera la única Comunión de toda nuestra vida, como si fuera la última; una vez será la última, y poco después nos encontraremos cara a cara con Jesús, con quien tan íntimamente unidos estuvimos en el sacramento. ¡Cómo nos alegrarán las muestras de fe y de amor que le manifestamos!

A quienes has alimentado con este Pan del Cielo, Señor, protégelos con tu auxilio y concédeles alcanzar la redención eterna, le pedimos con la liturgia de la Misa17.

1 Is 55, 1-3. — 2 Mt 14, 13-21. — 3 Mc 6, 33-44. — 4 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 675. — 5 Rom 8, 35; 37-39. — 6 Cfr. Mt 26, 26; Mc 14, 22; Lc 22, 19; 1 Cor 11, 25. — 7 Cfr. Sagrada Biblia, Santos Evangelios, EUNSA, Pamplona 1983, nota a Jn 6, 11 y Mc 6, 41. — 8 Cfr. Jn 6, 26-59. — 9 M. J. Indart, Jesús en su mundo, Herder, Barcelona 1963, pp. 265-266. — 10 Jn 6, 14. — 11 San Josemaría Escrivá, o. c., n. 304. — 12 M. M. Philipon, Los sacramentos en la vida cristiana, Palabra, Madrid 1980, p. 116. — 13 Sal 144, 15-16. 14 San Pío X, Decr. Sacra Tridentina Synodus, 20-XII-1905. — 15 Juan Pablo II, Alocución 31-X-1982. — 16 San Josemaría Escrivá, o. c., n. 828. — 17 Oración después de la Comunión.

miércoles, 27 de julio de 2011

50 años alimentándose solo de la Eucaristía

Primera etapa :

1902- 1918. Nacimiento y adolescencia de Marta Robin.
Marta Robin nació el 13 de marzo de 1902, en Châteauneuf de Galaure, población rural del norte del departamento de la Drôme, actualmente llamado Drôme de las colinas. Sus padres, Joseph Robin y Célestine Chosson poseían en el barrio de Moïlles una modesta casa construída con adobes rodeada de 13 hectáreas de tierras. Era preciso trabajar mucho para subvenir a las necesidades de una familia numerosa.





Marta Robin fue bautizada el 5 de abril de 1902 en la iglesia de Saint Bonnet de Galaure de la cual dependía en aquel tiempo el barrio de Moïlles.

En 1903, la familia Robin conoció la dificultad de una epidemia de fiebre tifoidea. Entre los niños contagiados, la penúltima, Cléménce murió, y Marta quedó fragilizada.

En 1909, emprendió el camino de la escuela, en la parte baja de la población de Châteauneuf. Su salud no le permitió realizar una escolaridad continuada: en efecto, no pudo obtener el Certificado de Estudios.

En la parroquia de Châteauneuf de Galaure, Marta recibió el sacramento de la Confirmación en 1911, hizo su primera Comunión, el 15 de agosto de 1912. Desde su infancia, tuvo para la Santísima Virgen una afección filial y ella la ruega muy a menudo. María será siempre para ella Madre y Educadora.

En 1914, abandona la escuela del pueblo y toma parte en los trabajos de la casa y del campo.



Segunda etapa :

1918 ­ 1928, diez años de lucha contra la enfermedad
En 1918, Marta Robin experimenta los primeros efectos de la enfermedad que ya no le abandonará: una encefalitis. Se intenta todo para cuidarla: visitas a varios médicos, tratamientos, cura de baños resinosos en Saint Peray en Ardèche. Para poder comprar las medicinas prescritas, Marta Robin cose y borda para algunas personas que le piden trabajar para ellas, porque su trabajo es siempre particularmente esmerado. Diez años de lucha contra la enfermedad, con esperanzas de curación y recaídas desesperantes.




En 1928, en el transcurso de una Misión Parroquial en Châteauneuf, Marta comprende, por una gracia de Dios, que será en la enfermedad y por el sufrimiento, como podrá unirse al Corazón de Jesús en Cruz, el Redentor de todos.




Tercera etapa:

1928 ­ 1936. Gracia de unión mística
Con la ayuda del Párroco, el sacerdote Faure, Marta Robin penetra cada vez más en una vida de silencio, de ofrenda, de oración. Su unión interior con Jesús se hace tal que cada viernes Marta será asociada a los sufrimientos de Jesús en su Pasión por todos los hombres.
En 1929, segunda progresión de la enfermedad. Tetraplejia y parálisis de las vías digestivas.
Sus amigos del valle vienen para confiarle sus preocupaciones, sus problemas, sus dificultades, sus alegrías también y van a su casa en familia, junto con sus hijos. Marta ama a los niños, su educación es importante para ella, se entrevista a menudo con las maestras del valle, con las responsables de actividades paraescolares. Pronto se impone a ella la idea de abrir una escuela cristiana para niñas y jóvenes : habla de ello al sacerdote Faure quien, a pesar de las dificultades del momento, compra el cuerpo central del castillo fortificado en ruinas.
El 12 de octubre de 1934, la Escuela acoge a siete alumnas de Châteauneuf y del valle de la Galaure. Poco a poco, Marta Robin comprende que esta bien modesta escuela es el primer elemento de una obra importante que Dios quiere enraizar en la propia parroquia de Châteauneuf




Cuarta etapa :1936 ­ 1948. Los difíciles tiempos de la fundación de Foyer de Châteauneuf




El 10 de febrero de 1936, el encuentro de Marta Robin y del sacerdote Georges Finet, de la diócesis de Lyon, será la ocasión providencial que permitirá precisar lo que serán los Foyers de Luz, de Caridad y de Amor. En el mes de setiembre, del 7 al 13, el sacerdote Finet predicará, en los locales de la Escuela, el primer retiro de 5 días que será el fundamento efectivo de los Foyers.
El Padre Finet y Marta esperan durante largo tiempo que el Padre Finet sea « liberado »para que pueda cumplir de lleno su misión en Châteauneuf.
En 1939, tercera progresión de la enfermedad que alcanza la retina : la ceguera. Marta vive en la oscuridad.
En 1943, creación de dos Foyers de Charité, uno en Savoie, el otro en Provenza



Quinta etapa :

1948 ­ 1961. Período de fundación de los Foyers de Charité en Francia y en Europa
Siempre atenta a cuanto se refiere a la educación; Marta participa a la apertura, en 1953 y 1954 de otros dos establecimientos escolares, uno en Saint Bonnet de Galaure, el otro en Châteauneuf, en el lugar llamado Mandailles.
Continúa recibiendo a los visitantes que acuden cada vez más numerosos y de todos los horizontes sociales, culturales, religiosos, de Francia y del extranjero. En primer lugar: belgas, suizos, canadienses. Cuando no recibe, se hace leer el voluminoso correo que llega de diferentes partes del mundo

Como lo aprendió en su infancia, Marta piensa concretamente en los más desvalidos y hace confeccionar y expedir paquetes para los dispensarios y maternidades dirigidos por los misioneros, para las asistentas sociales de las prisiones, para los enfermos.

Marta ruega, ofrece, intercede en favor de cada uno de todos los hombres del mundo entero, particularmente para los sacerdotes. Marta vive en cuanto hija de la Iglesia, no como investida de una misión oficial, sino en su lugar, el más humilde posible, en el silencio, la ofrenda y la oración incesantes.



Sexta etapa :

1961 ­1977. El desarrollo de los Foyers y su extensión más allá de los mares
En 1961, veinticinco años después de la fundación del Foyer de Châteauneuf, se abre en el Togo, el primer Foyer de Charité fuera de Europa. Otros vendrán después en África, en América, en Asia. Los Foyers de Charité ubicados en una diócesis a petición del Obispo del lugar, participan en la evangelización pedida por el Concilio Vaticano II, para preparar el Nuevo Pentecostés anunciado por el Papa Juan XXIII. Animados por el Espíritu Santo, con toda la Iglesia, Padres y miembros del Foyer trabajan para revelar al mundo a Cristo-Luz dando a conocer su mensaje de Amor y de Salvación universal.

En 1961 : 12 Foyers de Charité en Francia y en Europa.

A medida que la Obra se desarrolla, Marta progresa en el silencio interior, en la renuncia a todo apoyo humano, en el abandono total a la Voluntad y al Amor Misericordioso del Señor.



Séptima etapa:

A partir de 1977. Búsqueda de un estatuto eclesial para los Foyers de Charité
Con todas sus fuerzas, Marta Robin anima y sostiene la búsqueda y los esfuerzos dirigidos a obtener la aprobación de los Foyers de Charité como comunidades de laicos

En 1980, Marta tiene la alegría de ver la inauguración, en el Foyer de Châteauneuf, de la Casa San José, que ella tanto había deseado para los padres ancianos de los miembros de los Foyers.
El 6 de febrero de 1981, muerte de Marta Robin, 6 obispos y cerca de 7000 personas asisten a los funerales el 12 de febrero.
En 1981, hay 52 Foyers de Charité.
En 2002 : 73 Foyers de Charité y 5 Foyers de Charité en fundación.
El 1° de noviembre de 1986 : decreto de reconocimiento de la Obra de los Foyers de Charité como Asociación Privada de Fieles de carácter internacional por el Consejo Pontifical para los Laicos.
En enero de 2000, entrega en Roma del decreto de aprobación definitiva de los estatutos por el Consejo Pontifical para los Laicos.






"LES GRANDES INTUITIONS DE MARTHE ROBIN"

« Cuando se contempla lo que está naciendo en la Iglesia de Francia y que se ahonda un poco, a menudo uno encuentra a Marta Robin : ¡ qué mujer ! (Cardenal Decourtray) Esta pequeña campesina guardando cama durante 53 años recibió en su propia casa a más de 100.000 personas y cambió la vida de muchas personas escuchándolas, aconsejándolas, alentándolas. Marta hizo posibles múltiples reconciliaciones, suscitó decenas de vocaciones sacerdotales o consagradas. Más de 40 obispos y cardinales vinieron a verla y también muchas personalidades con responsabilidades dentro de la Iglesia. Ayudó de una manera u otra a más de 20 comunidades nuevas. Junto con el Padre Finet, Marta está al origen de la fundación de los Foyers de Charité. Estos son actualmente 73 y se hallan dispersos en 40 países



EL TESTIMONIO Y LA FECUNDIDAD DE UNA GRAN ENFERMA : FLASH SOBRE UNA ETAPA DECISIVA DE SU VIDA (1918-1928)

A la edad de 16 años Marta Robin se ve alcanzada por la enfermedad.
Entre 1918 y 1928 Marta Robin lucha contra una enfermedad que provoca dolores intolerables, que se instala progresivamente y que será diagnosticada en 1942 como « encefalitis epidémica ». Marta Robin conoce, sucesivamente, durante diez años, esperanza de curación y desaliento, según que la enfermedad progrese o retroceda : « los ánimos están a veces muy bajos » escribe a una amiga. « ¿Qué decirle de mí misma? vida siempre igual, gris y monótona, trayendo más bien tristezas que alegrías ». A los 26 años, Marta Robin, a la edad en que se hacen proyectos, o se toman decisiones que orientan una vida, constata con tristeza que no es así para ella: « todo el mundo puede y debe cumplir su vocación pero yo no. He forcejeado con Dios » ¿Qué sentido dar a su propia vida, qué futuro? Marta conoce la angustia, ¿quizá incluso la rebelión ?

Diciembre de 1928. Una luz en la noche.
Gratuitamente, un día de diciembre de 1928, Marta Robin vive en el momento de recibir los Sacramentos un encuentro decisivo y definitivo con el Corazón de Jesús en Cruz. Una vida nueva va invadir su cuerpo y su corazón. Todo se ilumina, todo cobra (adquiere) sentido: esta enfermedad que habría podido conducirla a una lenta y segura destrucción de su persona a diferentes niveles se convierte, por paradójico que parezca, en « oportunidad » para otra vida que va a construirse diferentemente. « Después de años de angustias, después de dificultades físicas y morales, me atreví, escogí a Cristo Jesús ». Marta recibe del Corazón de Cristo en Cruz el sentido de su vida de enferma: unida a la de Cristo, su vida puede convertirse en fecunda para la Iglesia y para el mundo. Marta Robin hace en aquel momento la elección de una vida conforme a la de Jesús Amor Crucificado: « El Corazón de Jesús en Cruz es la morada inviolable que he escogido en esta tierra » Su párroco, el Padre Faure, es testigo de este acontecimiento y la acompaña en este nuevo camino. Su vida espiritual y su vida mística se desarrollan ahora en su vida misma de enferma que se convierte en medio de unión y de comunión, lugar de ofrenda y de abandono. Es el comienzo de las Gracias de unión. Vive en la Presencia de la Santísima Virgen, Su Gran Educadora, Su Querida Mamá. Marta vive ahora la palabra de Jesús: « Mi carne es verdaderamente una comida y mi sangre es verdaderamente una bebida » (Juan 6,55). El deseo de apostolado, exigencia del amor, se apodera de ella: « Estoy verdaderamente ávida, tengo realmente hambre de trabajar para el Amor y la Gloria de Dios. Un sacerdote que vino a rezar en su habitación quedó impresionado por su apertura universal: « la ventana de su pequeña habitación estaba abierta al mundo entero ».

Unos años más tarde nace el Foyer de Charité. Marta Robin vela sobre la Obra nueva de laicos y de sacerdotes fundada con el Padre Finet, Obra que ella llevaba en su corazón y su oración desde 1933.
Laicos y sacerdotes, en el Foyer de Charité, están llamados a vivir juntos la Palabra de Dios anunciada a todos aquellos que buscan a Dios, a todos aquellos que tienen hambre y sed de Su misericordia, a todos aquellos que persiguen una Esperanza.



UNA « NUEVA » MANERA DE VIVIR LA FE

Un Dios Padre. Marta Robin reaccionó con mucha fuerza contra la imagen de un Dios juez. Para ella, Dios era un Padre amante y solícito, próximo y lleno de atención. Marta insistió mucho sobre este punto, porque lo vivió en cada instante de su vida. La vida con Dios fue verdaderamente en su caso « una vida de familia ». Su ejemplo hay que tomarlo tanto más en cuenta cuanto que, a causa de su enfermedad, Marta habría podido adoptar una actitud de rebelión y de protesta contra Dios. Pero justamente fue más adelante en su relación con Dios al descubrir su Paternidad.

Jesús, Pan de vida. « Dios ha revelado a ciertas personas la verdad y la realidad humana de la Eucaristía. Se trata de los místicos de la Eucaristía » (Padre Jesús Castellano, Congreso sobre el secreto de los Místicos).
Marta Robin, durante más de 50 años, vivió de este don. Marta dice sobre la fuerza de la Eucaristía en ella : «Tengo ganas de gritar a quienes me preguntan si como, que yo como más que ellos, porque me alimento por la Eucaristía con la sangre y con la carne de Jesús. Tengo ganas de decirles que son ellos quienes detienen en sí los efectos de este alimento, quienes frenan sus efectos ».

Una relación íntima con María. Marta Robin tenía algo que decir sobre este punto, siempre en la misma línea del espíritu de familia que precedía a su relación a Dios como Padre. La Virgen María no es un ser abstracto y lejano, sino una madre atenta a sus hijos y obrando con poder en medio de los humanos. En su relación a María y en el abandono entre sus manos Marta Robin sacó la fuerza y la paciencia que necesitaba.

¿De qué manera una enferma puede incorporarse en la vida social, sentirse solidaria de los demás, sobre todo si está en cama y si sus miembros rehúsan todo trabajo? Marta Robin crea con ellos una nueva relación, una bella relación, que se establece por intermedio de Cristo. La vida de familia con Dios se desdobla misteriosamente ­ místicamente ­ en una vida de familia con los hombres. Es uno de los puntos más fuertes y más nuevos del testimonio de Marta Robin.

MARTA ROBIN Y LA IGLESIA

Marta Robin trabajó desde su lugar para la renovación de toda la Iglesia favoreciendo la misión de los laicos, de laicos confirmados, conscientes de la importancia de su bautismo. Es para esto que los Foyers de Charité .fueron fundados teniendo una nueva visión de la vida de los sacerdotes, más fraterna, más familiar, más cercana a los laicos y colaborando más con ellos.

Manifestando su confianza en la Iglesia. Marta estuvo al corriente de las dificultades que podía atravesar la Iglesia católica y el Cristianismo en general. Pero ella no faltó nunca de confianza en el futuro. Sufrió por la Iglesia y en la Iglesia, pero ello no mermó su confianza; su testimonio es muy elocuente. Los sucesivos Obispos de Valence la apoyaron siempre y ella amó mucho a su Parroquia.

LOS FRUTOS DE LA OFRENDA SILENCIOSA DE MARTA ROBIN

Han sido evocados en miles y miles de testimonios.
Cada vez son más numerosos los visitantes que vienen para recogerse en su casa y confiar a su oración sus intenciones.




martes, 26 de julio de 2011

Abuelos y nietos unidos en el mutuo amor

La Página LaFamili.info publica un oportuno artículo dedicado especialmente a los abuelos y nietos, que por su interés reproducimos en el Blog, en este Día de los Abuelos.

En los abuelos está representada la historia familiar, son fuente de experiencia y de sabiduría para hijos y nietos. Por eso, resulta justo rendir un reconocimiento especial a estos seres maravillosos en el día en que la Iglesia Católica conmemora la festividad de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María y abuelos de Jesús.






“En el ritual del matrimonio se retoma una bendición de la Biblia y se les dice a los esposos: `Que sean padres fecundos y de reconocida virtud, y puedan ver a los hijos de sus hijos´. El ver a los `hijos de sus hijos´ forma parte de ese horizonte de plenitud que tiene la vida del hombre. En sus nietos, los abuelos ven la prolongación de la vida que ellos han engendrado. Hay una continuidad que marca el sentido espiritual de la condición humana. Esto tiene mucho que ver, además, con el sentido de la historia y la trasmisión de valores que son propios de la cultura del hombre y la sociedad. Hay un pasado que se hace presencia en la persona de los abuelos. La solidez de la raíz es garantía para el futuro de los hijos; su compañía es, por ello, una riqueza”.*Palabras de Monseñor José María Arancedo – publicado por AICA.

El disfrute del abuelo es la riqueza del nieto

En los abuelos está la representación más pura del amor filial, especialmente en el lazo que se forma con los nietos. Esta es una relación dotada de reciprocidad; ambos se nutren del amor que expresan. Los nietos se convierten en fuente de vida y les enseñan a los abuelos a ver con los ojos de la alegría y la esperanza.

Al mismo tiempo, los nietos experimentan una vivencia única con sus abuelos, es algo así como una amistad pero con alguien que le triplica en edad. Amistad que es posible dadas las condiciones, puesto que no está de por medio la labor educativa que sí pertenece a los padres, de esta manera queda el camino libre para que los abuelos se den el lujo de consentir responsablemente.

Beneficios educativos

Son muchos los beneficios educativos que trae consigo una relación cercana entre abuelos y nietos. Incentivar en los hijos el cariño por sus abuelos, les hará conscientes de lo valiosa que es la familia. Les servirá de ejemplo de vida, de sabiduría y experiencia. De la misma manera, les ayudará a interiorizar valores como el respeto, la solidaridad, la generosidad, entre otros.

Se dice además que una buena relación entre abuelos y nietos, hace que los niños comprendan mejor a sus padres, pues gracias a los abuelos, conocen cómo eran sus padres cuando tenían su misma edad.

Sea pues esta fecha, la perfecta ocasión para resaltar el meritorio papel de los abuelos en las familias, ha de ser una celebración en acción de gracias por su vida, por sus esfuerzos, por sus angustias, por sus preocupaciones, por su amor.

Y como tarea para los padres, está el propender por crear lazos fuertes y armoniosos entre sus hijos y los abuelos, además brindarles un trato en el marco del respeto, de la comprensión y del afecto.

Oración por los abuelos

Señor Jesús, tú naciste de la Virgen María, hija de San Joaquín y Santa Ana.

Mira con amor a los abuelos de todo el mundo. ¡Protégelos! Son una fuente de enriquecimiento para las familias, para la Iglesia y para toda la sociedad.

¡Sosténlos! Que cuando envejezcan sigan siendo para sus familias pilares fuertes de la fe evangélica, custodios de los nobles ideales, hogareños, tesoros vivos de sólidas tradiciones religiosas.

Haz que sean maestros de sabiduría y valentía, que transmitan a las generaciones futuras los frutos de su madura experiencia humana y espiritual.

Señor Jesús, ayuda a las familias y a la sociedad a valorar la presencia y el papel de los abuelos. Que jamás sean ignorados o excluidos, sino que siempre encuentren respeto y amor.

Ayúdales a vivir serenamente y a sentirse acogidos durante todos los años de vida que les concedas.

Amén. (Benedicto XVI).+



domingo, 24 de julio de 2011

Santiago y Zaragoza en la "Mística Ciudad de Dios"

Celebramos a Santiago, Patrón de España. Es nuestro modelo a seguir como intrépido evangelizador de una España pagana, que hoy necesita una nueva siembra de la Palabra de Dios. Sin duda la hará Benedicto XVI en los jóvenes y en todos los que le quieran escuchar.

En un post anterior indicaba que un buen libro para leerlo con paciencia este verano podría ser “La Mística Ciudad de Dios” de la Venerable Sr. María de Jesús de Ágreda. En ese libro que cuenta la vida de la Virgen María, se nos habla de su venida a Zaragoza en cuerpo mortal, y por encargo de su Hijo, para consolar y animar a Santiago, un tanto extenuado por la ingente labor que estaba realizando en nuestra tierra. Ofrecemos en este post copia literal de parte de los fragmentos que la mística de Agreda dedica a este acontecimiento tan importante, y que algunos dudan que fuera realidad. Los párrafos están tomados, escaneados, de la edición de la obra completa publicada en España en el año 1982.




Viene María santísima de Jerusalén a Zaragoza en España, por voluntad de su Hijo nuestro Salvador, a visitar a Santiago, y lo que sucedió en esta venida y el año y día en que se hizo.—Todo el cui­dado de nuestra gran Madre y Señora María santísima estaba em­pleado y convertido a los aumentos y dilatación de la santa Iglesia, al consuelo de los apóstoles, discípulos y de los otros fieles, y a defen­derlos del infernal dragón y sus ministros en la persecución y ase­chanzas que, como se ha dicho 12, les prevenían estos enemigos. Con su incomparable caridad, antes de venir a Efeso ni partir de Jerusalén, ordenó y dispuso muchas cosas, en cuanto le fue posible, por sí y por ministerio de los santos ángeles, para prevenir todo lo que en su ausencia le pareció conveniente, porque entonces no tenía noticia del tiempo que duraría esta jornada y la vuelta a Jerusalén. Y la mayor diligencia que pudo hacer fue su continua y poderosa oración y peticiones a su Hijo santísimo, para que con el poder infinito de su brazo defendiese a sus apóstoles y siervos y quebrantase la sober­bia de Lucifer, desvaneciendo las maldades que en su astucia fabricaba…



Estando la divina Madre en estas peticiones, un día, que era el cuarto antes de partir a Efeso, sintió en su castísimo corazón alguna novedad y efectos dulcísimos, como le sucedía otras veces para algún particular beneficio que se le acercaba. Estas obras se llaman palabras del Señor en el estilo de la Escritura, y respondiendo a ellas María santísima, como maestra de la ciencia, dijo: Señor mío, ¿qué me mandáis hacer y qué queréis de mí? Hablad, Dios mío, que vues­tra sierva oye.—Y en repitiendo estas razones vio a su Hijo santí­simo que en persona descendía del cielo a visitarla en un trono de inefable majestad y acompañado de innumerables ángeles de todos los órdenes y coros celestiales. Entró Su Majestad con esta grandeza en el oratorio de su beatísima Madre, y la religiosa y hu­milde Virgen le adoró con excelente culto y veneración de lo íntimo de su purísima rima. Luego la habló el Señor y la dijo: Madre mía amantísima, de quien recibí el ser humano para salvar al mundo, atento estoy a vuestras peticiones y deseos santos y agradables en mis ojos. Yo defenderé a mis apóstoles e Iglesia y seré su padre y protector, para que no sea vencida, ni prevalezcan contra ella las puertas del infierno14. Ya sabéis que para mi gloria es necesario que trabajen con mi gracia los apóstoles y que al fin me sigan por el camino de la cruz y muerte que padecí para redimir al linaje huma­no. Y el primero que me ha de imitar en esto es Jacobo mi fiel siervo, y quiero que padezca martirio en esta ciudad de Jerusalén. Y para que él venga a ella y otros fines de mi gloria y vuestra, es mi voluntad que luego le visitéis en España, donde predica mi santo nombre. Quiero, Madre mía, que vayáis a Zaragoza, donde está ahora, y le ordenéis que vuelva a Jerusalén y antes que parta de aquella ciudad edifique en ella un templo en honra y título de vuestro nombre, don­de seáis venerada e invocada para beneficio de aquel reino y gloria y beneplácito mío y de nuestra beatísima Trinidad…

Admitió la gran Reina del cielo esta obediencia de su Hijo santísimo con nuevo júbilo de su alma. Y con el rendimiento digno respondió y dijo: Señor mío y verdadero Dios, hágase vuestra vo­luntad santa en vuestra sierva y Madre por toda la eternidad y en ella os alaben todas las criaturas por las obras admirables de vues­tra piedad inmensa con vuestros siervos. Yo, Señor mío, os magnifico y bendigo en ellas y os doy humildes gracias en nombre de toda la santa Iglesia y mío. Dadme licencia, Hijo mío, para que en el templo que mandáis edificar a vuestro siervo Jacobo pueda yo pro­meter en vuestro santo nombre la protección especial de vuestro brazo poderoso, y que aquel lugar sagrado sea parte de mi herencia….




Con estos maravillosos efectos que sintieron, ordenó el Señor que estuviesen prevenidos y atentos a lo que de aquel gran misterio se les manifestase. Los san­tos ángeles pusieron el trono de su Reina y Señora a la vista del apóstol, que estaba en altísima oración y más que los discípulos sentía la música y percibía la luz. Traían consigo los ángeles una pequeña columna de mármol o de jaspe, y de otra materia diferente habían formado una imagen no grande de la Reina del cielo. Y a esta imagen traían otros ángeles con gran veneración, y todo se había prevenido aquella noche con la potencia que estos divinos espíritus obran en las cosas que la tienen…





Manifestósele a Santiago la Reina del cielo desde la nube y trono donde estaba rodeada de los coros de los ángeles, todos con admirable hermosura y refulgencia, aunque la gran Señora los ex­cedía en todo a todos. El dichoso apóstol se postró en tierra y con profunda reverencia adoró a la Madre de su Criador y Redentor y vio juntamente la Imagen y columna o pilar en mano de algunos án­geles. La piadosa Reina le dio la bendición en nombre de su Hijo san­tísimo y le dijo: Jacobo, siervo del Altísimo, bendito seáis en su diestra; él os salve y manifieste la alegría de su divino rostro.— Y to­dos los ángeles respondieron: Amén.—Prosiguió la Reina del cielo y dijo: Hijo mío Jacobo, este lugar ha señalado y destinado el altísimo y todopoderoso Dios del cielo, para que en la tierra le consagréis y dediquéis en un templo y casa de oración, de donde debajo del tí­tulo de mi nombre quiere que el suyo sea ensalzado y engrandecido y que los tesoros de su divina diestra se comuniquen, franqueando liberalmente sus antiguas misericordias con todos los fieles y que por mi intercesión las alcancen, si las pidieren con verdadera fe y piadosa devoción. Yo en nombre del Todopoderoso les prometo gran­des favores y bendiciones de dulzura y mi verdadera protección y amparo, porque éste ha de ser templo y casa mía y mi propia he­rencia y posesión. Y en testimonio de esta verdad y promesa quedará aquí esta columna y colocada mi propia imagen, que en este lugar donde edificaréis mi templo perseverará y durará con la santa fe has­ta el fin del mundo. Daréis luego principio a esta casa del Señor, y habiéndole hecho este servicio partiréis a Jerusalén, donde mi Hijo santísimo quiere que le ofrezcáis el sacrificio de vuestra vida en el mismo lugar en que dio la suya para la redención humana…

Dio fin la gran Reina a su razonamiento, mandando a los ángeles que colocasen la columna y sobre ella la santa Imagen en el mismo lugar y puesto que hoy están, y así lo ejecutaron en un momento. Luego que se erigió la columna y se asentó en ella la sa­grada Imagen, los mismos ángeles, y también el santo apóstol, reco­nocieron aquel lugar y título por casa de Dios, puerta del cielo y tierra santa y consagrada en templo para gloria del Altísimo e in­vocación de su beatísima Madre. Y en fe de esto dieron culto, adora­ción y reverencia a la divinidad, y Santiago se postró en tierra, y los ángeles con nuevos cánticos celebraron los primeros con el mis­mo apóstol la nueva y primera dedicación de templo que se instituyó…






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Aunque son revelaciones privadas, tienen la garantía de venir de la pluma de una santa religiosa, todavía Venerable oficialmente, pero que ha ayudado durante varios siglos a muchas personas a sentirse mar cerca de Dios de la mano de la Virgen, cuyos detalles de su vida tan minuciosamente nos narra Sor María Jesús de Agreda.

Los que quieran leer más de esta obra puedes entrar en esta página W:

http://iteadjmj.com/docs/docs.html y buscar en ella Mística Ciudad de Dios

www.youtube.com/watch

Juan García Inza

Juan.garciainza@gmail.com

miércoles, 20 de julio de 2011

Del amor líquido y sus paradojas: El matrimonio

Del amor líquido y sus paradojas: El matrimonio

Me dedico especialmente a los problemas matrimoniales que llegan hasta la sala del Tribunal Eclesiástico en donde ejerzo de Juez. Cada caso un historia lamentable de falta de entendimiento, decisiones inmaduras, incapacidades para asumir los derechos y obligaciones propios del matrimonio, infidelidades, adicciones diversas (internet, juegos, drogas, etc.), errores que se cometen o que son inducidos dolosamente… Siempre ha habido crisis matrimoniales, pero lo que caracteriza al hombre y a la mujer de nuestro tiempo es la poca disposición para afrontar los problemas y buscarles solución, si las tiene. A la más mínima se rompe el lazo que les une, se falta a la palabra dada, se buscan soluciones drásticas sin pensar en el dolor que provocan. Ese el fruto de una cultura, o de un pensamiento, que podemos llamar líquida, porque se filtra por las rendijas y se escapa.




Traigo al Blog un trabajo de Francesc Torralba Roselló que considero de interés. Hay que leerlo despacio y reflexionar sobre el fondo de la cuestión que se plantea.

Ya no decimos 'hasta que la muerte nos separe', sino apenas un 'veremos cómo funciona'


Seguimos a Zygmunt Bauman y su teoría del amor líquido. Según el analista cultural, el matrimonio, tal y como se contempla en la tradición occidental, es una institución demasiado densa para sobrevivir en la modernidad líquida.

La mentalidad del hombre postmoderno es incompatible con la decisión que conlleva la vida conyugal, pero también con cualquier otra que suponga el ejercicio de una opción fundamental y un trabajo de renuncia infinita.

Se comprende que, en estos contextos, la vocación de vida consagrada o la entrega absoluta a una causa que se sitúe más allá del hombre, genere auténtico temor y temblor en el personal.

Uno no se fía de sí mismo, ni de su capacidad para permanecer fiel a las decisiones libremente articuladas. Se teme, como nunca, el vértigo de las posibilidades, el abismo de la auténtica libertad. Se defiende, paradójicamente, la libertad, pero se trata de una libertad líquida, de un puro ejercicio del libre albedrío, de la elección entre dos o más ofertas de consumo inmediato, pero la libertad radical, ésa que abre una zanja en la vida personal, la libertad sólida, se teme como al hambre.

La crisis del matrimonio en las sociedades postmodernas no es una casualidad, ni un paréntesis en la historia, sino un síntoma inequívoco de la modernidad líquida. En el fondo, es una crisis de libertad.

El matrimonio es demasiado sólido para sostenerse en el escenario postmoderno. Da miedo. Causa estupor. Soeren Kierkegaard lo caracterizó como un tipo de vida serio, fundado en el compromiso y en el deber, en la palabra dada y en la fidelidad probada a lo largo del tiempo.

Nada tiene que ver este estadio de vida con la vida frívola y seductora del don Giovanni que busca desesperadamente el mejor néctar de cada flor, pero teme, con igual desesperación, cualquier forma de compromiso. La raíz del matrimonio no está en la sensualidad, tampoco en el sentimiento, sino en la razón.

El matrimonio da miedo, aterroriza a los hipotéticos contrayentes, porque ellos mismos no se sienten capaces de lanzarse al vacío. Tienen que experimentar, con antelación, si son compatibles. Deben vivir juntos, probar, experimentar, conocerse en distintas situaciones, observar si pueden compaginar.

Investigan si sintonizan y, a lo sumo, después de un par de años de convivencia, se lanzan a la piscina del matrimonio. Después del gran festejo y de las deprimentes despedidas de soltería, los temerosos ciudadanos líquidos se casan. Pero nada garantiza la vigencia de tal vínculo, ni siquiera a pesar de los contactos previos.

El número de rupturas matrimoniales que se producen en nuestro entorno cultural es extraordinario y ha crecido cualitativamente en los dos últimos lustros. Ello obedece a muchos factores, tanto de orden económico, como psicológico o político, pero no se puede descartar que en el fondo subyace un tipo de ciudadano líquido que siente los vínculos que forja como algo muy inestable y voluble.

La idea de un compromiso de por vida, más allá de los avatares y de las metamorfosis que se experimentan en ella, es algo que se presenta como titánico para el sujeto postmoderno. Supera su frágil voluntad. Nadie se siente capaz de garantizar sus sentimientos futuros, sus nuevos horizontes profesionales, sus aventuras y aficiones de mañana y, por ello, uno prefiere salvaguardar la libertad individual, la vida ajena a los compromisos de larga duración.

Se teme a los papeles, a los jueces y a los abogados; se teme a llevar a cabo una opción fundamental que determine un antes y un después en la biografía de una persona. Se prefiere dilatar, indefinidamente, la indecisión, la etapa del sueño juvenil, donde todos los horizontes son posibles y nada está cerrado. Se teme a la instalación, a la monotonía, a vivir con fidelidad las propias decisiones.

El compromiso se interpreta como negación de la libertad personal y la vinculación a una sola persona, se experimenta como una condena, como un bochornoso pacto que destruye la creatividad de la vida. Se huye del pasado, se teme el futuro y se vive con intensidad el presente, a sabiendas de que todo es muy voluble y de que nada permanece estático bajo el sol.

En este contexto, proliferan las parejas a tiempo parcial. Aborrecen la idea de compartir la casa y prefieren conservar separadas las viviendas, las cuentas bancarias y los círculos de amigos, y compartir su tiempo y su espacio cuando tienen ganas, pero no en caso contrario.

El viejo estilo del matrimonio “hasta que la muerte nos separe” ha quedado desplazado por la reconocida temporaria cohabitación del tipo “veremos cómo funciona”.

Persisten los símbolos, los ritos y las liturgias de antaño, pero, fundamentalmente, por razones estéticas. Las iglesias embellecen simbólicamente el acto del compromiso, pero tal compromiso sólo tiene una dimensión líquida. Se multiplican los ritos laicos creados a imagen y semejanza de la denostada religión, pero tienen un significado esencialmente icónico.

El ciudadano líquido adora los detalles, el ceremonial, la indumentaria y las convenciones más clásicas, experimenta un revival neogótico, pero no dota a tales celebraciones de significado ético. Los hijos de los hippies no sienten aversión al templo, ni odian a la familia burguesa como lo experimentaron sus padres. Les agrada todo aquel mundo de palabras y de cirios, pero no tienen el coraje de luchar contra el sistema como sí que hicieron sus padres, cuanto menos, cuando eran jóvenes.

La postmoderna razón líquida ve opresión en los compromisos duraderos. Los vínculos durables despiertan su sospecha de una dependencia paralizante. Esta razón niega su derecho a las ataduras y los lazos, sean espaciales o temporales.

Las ataduras y los lazos vuelven impuras las relaciones humanas, tal y como sucedería con cualquier acto de consumo que proporcione satisfacción instantánea así como el vencimiento instantáneo del objeto consumido.

Fuente: http://www.francesctorralba.com/castellano/articulos_1.php?pageNum_rs_article=9&totalRows_rs_article=320


De acuerdo con esta excelente exposición de lo que supone el llamado “amor líquido”, las parejas de novios y los matrimonios deben reflexionar sobre la calidad de su amor. ¿Nace de dentro, o es pura sensualidad? ¿Hay voluntad de que dure siempre o hasta que se canse alguno de ellos o los dos? ¿Hay sinceridad en el amor o es pura apariencia? ¿Va en serio lo de “hasta que la muerte nos separe”? El amor no se puede comprar ni alquilar por un tiempo. Las personas merecen un respeto. No hay que confundir el amor humano y esponsal con un juego o una diversión pasajera. Los jóvenes de hoy no reciben, generalmente, lecciones de amor sincero, sino clases de sexualidad, y les llegan ofertas del erotismo más burdo desde muy temprana edad. Pienso que hay que enseñar urgentemente a los niños y a los jóvenes a saber amar con el corazón. Y esto no se aprende en los libros, sino en la vida. El ejemplo, el testimonio, es la mejor lección.

Juan García Inza
Juan.garciainza@gmail.com







martes, 19 de julio de 2011

Las 7 reglas del diálogo conyugal

Actualizado 19 julio 2011
Las 7 reglas del diálogo conyugal



El verano es un buen tiempo para que los esposos dialoguen sin prisas. Es verdad que a veces en verano hay ruidos y desorden, pero hay tiempo “perdido” que se puede aprovechar para estrechar lazos, afianzar compromisos, revisar comportamientos, alimentar las ilusiones que nunca se deben perder, mirar los dos al infinito y volver a enamorarse... Que nunca quede al llegar septiembre la sensación de haber perdido el tiempo.

Pero, ¿cómo ha de ser el diálogo conyugal? El P. Nicolás Sckwizer propone estas siete reglas prácticas para que ahora ofrecemos, y que garantizan la renovación en el amor si se siguen de corazón. ¿por qué no hacer la prueba?



Para que el diálogo sea enriquecedor y fecundo, hay que cumplir determinados requisitos. Cada pareja, al poseer una identidad propia, tendrá que encontrar su manera peculiar. Existen, no obstante, determinadas reglas básicas. ¿Cuáles son estas reglas del diálogo conyugal? Se pueden resumir así: el diálogo conyugal, para que sea eficaz y creador, debe ser: humilde, paciente, simpático, cálido, oportuno, constante y renovado.




1. Humilde. La primera cualidad del diálogo es la humildad. No se debe avanzar hacia el otro hinchado por su propia perfección, seguro de lo definitivo de sus razones. No existe el cónyuge ideal, ni tampoco nadie es dueño de toda la verdad. Semejante actitud imposibilita el intercambio desde el origen.

El peligro de todo diálogo conyugal es que, frecuentemente, se vuelva una acusación: se tortura, se ataca, se acusa recíprocamente, y se sale de esta situación más apartado que nunca. Por eso conviene que los esposos, a la hora de iniciar el diálogo, tengan la prudencia de ejercer la autocrítica.

Es algo básico. Hay que tener un gran cuidado -a la hora de las recriminaciones, críticas, preguntas embarazosas- para examinarse a sí mismo y verificar hasta qué punto puede uno mismo ser sujeto de censura. No es tan raro que uno proyecte sus fallas y limitaciones en el otro. Con una actitud de humildad y autocrítica, la conversación se desarrollará en un clima de lucidez, calma y comprensión.

2. Paciente. En un solo día no se conseguirá la comprensión del cónyuge. Como todo, la vida de dos juntos requiere un largo aprendizaje, una permanente educación.

Y toda educación descansa sobre la paciencia. Sabemos que consiste, antes que nada, en repetición incansable, en incesante recomenzar. Así ocurre entre marido y mujer. A veces, será necesario repetir durante toda una vida la misma observación, formular la misma petición.

No es que el otro tenga mala voluntad; sucede que simplemente se le olvida o no logra crear el hábito, que sólo nace con la repetición. Lo importante, pues, es saber repetir con una paciencia que, además, es atributo de la fortaleza. En el caso de la vida matrimonial, esta paciencia es aún más importante, ya que la mayor parte de las veces, están en juego solamente detalles. Pero estas pequeñeces sin importancia, al multiplicarse, se hacen irritantes. La impaciencia crece y amenaza con manifestarse en los momentos de charla. Y es eso lo que hay que evitar. La paciencia dará al diálogo un clima de calma, de serenidad, sin tensiones e irritación.

3. Simpático. Para que el diálogo conyugal sea un instrumento de aproximación, no debe llevarse a cabo en términos agresivos, sino por el contrario, de la forma más simpática. De otro modo, no podrán menos que defenderse y volver a atacar.

En el momento en que los dos se encuentran cara a cara para iniciar un análisis de la situación conyugal, importa mucho el sentirse amado. Los roces inevitables de la vida en común crean, al multiplicarse, una antipatía reprimida que, tarde o temprano, hará explosión. Si triunfa la antipatía por encima de la simpatía, el clima del diálogo se hace denso y llega a sofocar. Y entonces las personas se cierran en seguida, se recogen en sí mismas o se irritan. La conversación se hace entonces imposible, inútil. En tales condiciones se da un extraño diálogo de sordos en el que nadie quiere escuchar a nadie. Sólo la simpatía presente en cada momento, asegura un intercambio fructífero.

4. Cálido. Hay que insistir siempre en que el diálogo sea cálido, porque la frialdad es un peligro que amenaza a todos los cónyuges. Una vez que se han acumulado algunas incomprensiones consecutivas, la irritación contenida se traduce en un marcado enfriamiento de las relaciones de la pareja. No se es propiamente hostil al otro; se es simplemente indiferente a él, con una indiferencia helada. Evidentemente, esto es algo que aumenta la incomunicabilidad y cierra toda salida. No se llegará jamás al encuentro interior en tales condiciones.

5. Oportuno. Es un arte saber escoger lo que debe decirse y lo que debe callarse. El proverbio lo enseña: “No toda verdad es para ser dicha”. Existen algunas que es mejor callar, porque diciéndolas solo lograríamos herir; sin provecho alguno para un mejor entendimiento. Existen silencios que deben ser respetados, secretos que son inviolables. No todo ha de decirse ni tampoco puede preguntarse todo. Para poder escucharse, la pareja debe respetarse, una de las formas de respeto consiste en saber no preguntar o no insistir cuando no conviene; otra forma es no decir al cónyuge una verdad demasiado dolorosa. La discreción, en el sentido profundo de la palabra, es la clave de los diálogos conyugales. Es decir, deben discernir qué puede comunicarse y qué debe callarse, en todos los casos.

Esto se aplica también al momento escogido para manifestarse. La verdad no puede ser dicha en cualquier momento. No habría que hablar jamás cuando se está en determinados estados de espíritu. Por ejemplo, cuando se está dominado por la cólera, los celos, la tristeza profunda o una excepcional euforia.

No son las emociones las que deban animar al diálogo, sino exclusivamente la razón. Se juzgará, a nivel de la inteligencia, no de las pasiones, cuando es el momento oportuno para decir tal o cual verdad, o pedir determinada explicación. Escoger en forma acertada el momento del diálogo es asegurar su éxito.

6. Constante. Tenemos que imprimir un ritmo seguro al diálogo, una periodicidad regular, para evitar que aumenten las incomprensiones y se acumulen los problemas.

Aquí podríamos decir también algunas palabras sobre las interrupciones del diálogo. Pasa todavía bastante frecuentemente que después de una pelea o un enojo suspendemos ese diálogo que tendría que ser permanente, y hasta lo suspendemos por tiempo indefinido. Y después viene la pregunta: ¿quién de los dos inicia de nuevo el diálogo?

Mucho depende del temperamento: el colérico es demasiado orgulloso para iniciarlo él; el melancólico está demasiado hundido por lo que pasó; al flemático probablemente no le importa mucho; el más indicado sería entonces el sanguíneo que no aguanta la situación por mucho tiempo. Ahora, si a mí me preguntan, yo suelo decir: es evidente que el más maduro debe reiniciar el diálogo.




7. Renovado. La constancia en el diálogo exige, en compensación, un esfuerzo de renovación. Porque es necesario, a pesar de todo, tener algo que decirse para poder hablar. Por lo contrario, reinará la monotonía en nuestros diálogos.

Si la esposa sólo sabe hablar de la moda o del servicio doméstico, y por su lado, el marido sólo sabe hablar de negocios o de política, es evidente que la conversación será a la larga aburrida. La palabra está en función del pensamiento. Es urgente, por lo tanto, cultivarlo como un deber. Pero la cultura sería, en el sentido de abrir cada vez más su espíritu y su horizonte con el propósito de aprender a vivir mejor y de saber responder a las preguntas que todo ser inteligente se plantea. Muy actual entonces el tema de nuestras lecturas, de nuestras realizaciones artísticas, de nuestra cultura religiosa...

Fuente: http://www.lafamilia.info/index.php?destino=/Matrimonio/matrimonio.php

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Si os da resultado bueno será que nos lo comuniquéis para que sirva de experiencia y estímulo para los demás. Alguno seguro que ya lo tenéis en práctica hace tiempo. ¿Nos podéis contar como lo habéis conseguido y como os va?

La canción de los esposos:



www.youtube.com/watch

miércoles, 13 de julio de 2011

UN VERANO PARA DIOS: UN VERANO PARA LOS NIÑOS

En verano de desata todo un torbellino de planes, de proyectos, de prisa por disfrutar, de organizaciones, de viajes… Es una fiebre contagiosa que nos puede ayudar o nos puede arrollar. El verano es una oportunidad de recuperar fuerzas, ilusiones, planes familiares, programas formativos, tiempo para el espíritu…
Pero en esa programación del verano no olvidemos a los niños. Ellos saben disfrutar de verdad el verano si le dejamos espacio y le ofrecemos atención y oportunidades. Los mayores debemos hacer sitio a los niños allí donde estemos nosotros y ellos. Un paisaje humano sin niños es como un cuadro sin color. Faltaría la alegría, el optimismo, la ilusión… El niño necesita ser recuperado de ese mundo deshumanizado que nos hemos fabricado, en el no cabe la inocencia y la sonrisa.



Benedicto XVI, hablando de los niños, dice:
Que se reste su dignidad, tanto los nacidos como los no nacidos. Muchos sufren y son explotados en el mundo. “Dios nos enseña a: amar a los pequeños, amar a los débiles, respetar a los niños… El niño de Belén dirige nuestra mirada hacia todos los niños que sufren y son explotados en el mundo, tanto los nacidos como los no nacidos. Hacia los niños que, como soldados, son introducidos en un mundo de violencia", a los que deben mendigar, sufren miseria y hambre, a los "carentes de todo amor".
Y sigue afirmando el Papa: La señal de Dios es "la sencillez", es "el niño", es que "Él se hace pequeño por nosotros, este es su modo de reinar. Él no viene con poder y grandiosidad externas", pues "no quiere abrumarnos con la fuerza, nos evita el temor de su grandeza".
El Papa señala que "Dios se ha hecho don por nosotros. Se ha dado a sí mismo", y exhortó a los fieles para que dejen que "eso haga mella" en sus corazones, almas y mentes.
Debemos cuidar el ambiente en el que los niños van disfrutar estos días de verano. Los niños todo lo oyen y todo lo ven. No podrán discurrir mucho sobre lo que les llega, pero su mente y su espíritu se van cincelando con la vida que discurre junto a ellos. Ellos son parte de esa vida, y sufren o se alegran con lo que captan por sus sentidos. Un verano para Dios es igualmente un verano para los niños, porque el Señor dijo: “Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis. De los que se hacen como ellos es el Reino de los cielos”. Que este verano nos hagamos todos un poco niño y disfrutemos de la vida con un corazón limpio.


domingo, 10 de julio de 2011

VOLVEMOS DE MEDJUGORJE

En mi post anterior deje que me marchaba a Medjugorje, y que contaría como ido todo por allí. También dije a mis lectores que rezaría por ello. Y lo he cumplido. Y debo decir que la nueva experiencia ha sido muy positiva.





Hace ya nueve años que visito aquel lugar mariano de la antigua Yugoslavia, en Bosnia-Herzegovina. Hace treinta años que el día 24 de Junio, fiesta de San Juan Bautista, allí ocurrió algo sobrenatural. Un grupo de seis niños y niñas normales de aquel pueblecito escondido entre montañas, dijeron que se les había aparecido la Virgen en un montículo cerca de sus casas. Nadie los creía, pero la Virgen los citaba para el día siguiente. Los niños, entre expectantes y temerosos, acudieron a la cita. Y la Virgen María los fue instruyendo en el amor a Dios y en la necesidad de orar por la Iglesia y el mundo. Aquel fenómeno trascendió, y la gente acudía en masa al monte de las apariciones. Todo ello suponía un peligro serio debido a que el régimen político de Yugoslavia era comunista y ateo militante. Empezó para los niños un verdadero calvario por la intervención de la policía y del ejército. Pero ellos seguían diciendo con toda firmeza que la Virgen se les aparecía cada día.


(La fecha correcta de la foto es el 7 de Julio de 2011)



El párroco, P. Jozo, estaba muy preocupado. El pueblo y la Parroquia corrían serio peligro. El no sabía si los niños decían o no la verdad, pero los defendía. Pidió una señal a la Virgen para saber a qué atenerse. Y un día, estando rezando con la gente el Rosario en la iglesia parroquial, la Virgen se apareció en el presbiterio. Desde entonces el P. Jozo se convirtió en el mayor defensor de la verdad de los niños y de los mensajes que la Virgen les estaba transmitiendo. Esto le costó dieciocho meses de cárcel.

A los niños los sometieron a toda clase de pruebas psicológicas y médicas. Los niños estaban sanos y nada hacía sospechar que sus afirmaciones eran cuentos y fábulas infantiles. La Virgen María acompañó todo su proceso de educación en la fe visida desde el corazón, con signos físicos y espirituales que nadie se explica. Un sacerdote español que regenta una parroquia cerca de Roma fue a Medjugorje y compró una imagen de la Virgen. La pudo en una hornacina en el atrio de la Iglesia protegida con un cristal, y a los pocos días aquella imagen comenzó a llorar lágrimas de sangre. Intervino el Obispo que la hizo encerrar en una caja fuerte. A los tres días abrió la caja en presencia de sus colaboradores y la imagen seguía llorando sangre. El fenómeno trascendió llegando hasta el Vaticano. Y así muchos casos inexplicables, como curaciones de enfermos incurables, fenómenos naturales inexplicables y, sobre todo, miles de conversiones de gente de todo el mundo. De esto soy testigo yo.


(La fecha exacta de la foto es el 8 de Julio de 20119


La Iglesia es muy prudente y no se define sobre el particular. El Papa Juan Pablo II dijo el Medjugorje era el confesionario del mundo, y que si él no fuera Papa iría allí a confesar. Benedicto XVI anima a que vayan los fieles acompañados de sacerdotes. Y ha nombrado una importante Comisión de teólogos, juristas y expertos en estos temas para que estudien el caso y, en su día, den su autorizada opinión. Todo hace pensar que hasta que no cesen las apariciones y los mensajes por que lo decida la Virgen o porque mueran los videntes, la Iglesia no emitirá su juicio sobre el caso. Hay que tener en cuenta que la Iglesia no canoniza a nadie mientras viva, sino una vez muerto y comprobado que nada dijo ni hizo contra la fe cristiana.

En estos días he participado en el Retiro mundial de sacerdotes sobre el tema “El sacerdote y el Sacramento de la Confesión”. Lo dirigió un profesor de la Universidad católica del Zagreb. Muy positivo. Estábamos cuatrocientos sacerdotes. El grupo de cuarenta laicos que me acompañaban tuvieron su programa especial. Y sobre todo destacaría alas horas de oración, de adoración, de celebración eucarística y de convivencia que hizo posible que todos descubrieran la importancia de vivir el amor a Dios y al prójimo con todo el corazón.

Yo no me defino sobre la autenticidad de lo que allí ocurre. Someto mi juicio al dictamen de la Jerarquía, pero todo hace pensar que allí la Virgen está llevando un “plan pastoral” muy serio para millones de personas, y con frutos abundantes. ¿Qué es lo que la Virgen sugiere para nuestra vida espiritual? Cinco cosas muy sencillas: oración, confesión, eucaristía, lectura de la Palabra de Dios, y ayuno. Todo muy normal, pero hay que hacerlo con corazón y constancia. Que Ella nos siga ayudando, que falta nos hace.

Estoy seguro que la Virgen se está manifestando en otras partes del mundo, entre ellas España. Hay que aprovechar lo que nos ofrece para nuestro bien, y que cada uno ponga los medios para enriquecerse espiritualmente y hacer el bien a todos.

Juan García Inza

domingo, 3 de julio de 2011

¿Paras cuando la Beatificación de Sor María Jesús de Agreda?

Actualizado 3 julio 2011
¿Qué ocurre con Sor María Jesús de Agreda?


¿Para cuándo la beatificación de Sor María Jesús de Ágreda?
La historia de esta monja del siglo XVII es apasionante. Su vida es comparable a la de Santa Teresa de Jesús. El Párroco de Agreda, al que tengo el gusto de conocer y compartir la amistad, me habló con entusiasmo de esa hija del pueblo, grande por sus virtudes y sus dotes intelectuales, que todavía no ha tenido la oportunidad de que su proceso de Canonización, ya incoado, siga adelante. Muchos la desconocen, por eso he decidido aportar en el Blog los apuntes que de su vida nos ofrece al P. Martínez Puche en su obra “Nuevo Año Cristiano” en la fecha del 5 de mayo

VENERABLE MARÍA DE JESÚS DE ÁGREDA
Abadesa, franciscana concepcionista


Nació en Ágreda (Soria, España), el 2 de abril de 1602, y murió así mismo en Ágreda el 24 de mayo de 1665.

María Coronel y Arana -éste era su nombre original- nació en la histórica ciudad soriana de Ágreda, en el seno de una familia de rancio abolengo político y no menos cristiano. Sus padres, Francisco y Catalina, eran profundamente cristianos, de honda religiosidad franciscana. Tuvieron dos hijos y dos hijas. Y los seis miembros de la familia abandonaron el mundo y sus comodidades y abrazaron la vida religiosa en la familia franciscana.





Francisco, el padre, con sus dos hijos, Francisco y José, profesaron en el convento de San Antonio de Nalda (La Rioja), en la provincia franciscana de Burgos. La madre, Catalina, con sus dos hijas -María tenía sólo dieciséis años- abrazaron la vida monástica en el monasterio que construyeron en su propia casa-palacio, bajo la regla de la Orden de Concepcionistas Franciscanas, en 1620. Este gesto de las mujeres de la familia Coronel y Arana evoca el origen de la misma orden: Santa Beatriz de Silva, cuando abandonó el monasterio de Santo Domingo de Toledo, donde hacía vida retirada con las dominicas, en 1484, y fundó el primer monasterio concepcionista en los palacios de Galiana, que le había cedido la reina Isabel la Católica.

A los seis años de iniciar la vida monástica, María Coronel y Arana -sor María de Jesús de Ágreda- fue elegida abadesa. Excepto el trienio 1652-1655, desde 1627 hasta su muerte, María de Jesús fue la abadesa del monasterio, lo que indica que el Señor le concedió dotes de gobierno. Simultaneaba la dirección de la comunidad con la redacción de libros, que tanta importancia, y tantos problemas, darían a la abadesa de Ágreda.

La fama de la docta abadesa sor María de Jesús llegó al rey de España, Felipe IV (1606-1665), un monarca mecenas de grandes artistas, pero de escasa voluntad y débil temperamento, que dejó las máximas responsabilidades del gobierno en manos del ambicioso Gaspar de Guzmán, conde-duque de Olivares. En uno de sus momentos de incertidumbre y abatimiento no sólo político, sino también religioso, el rey acudió al monasterio de Ágreda, el 10 de julio de 1627, a solicitar los consejos de sor María de Jesús. Y, a partir de entonces, hubo una interesante correspondencia epistolar, que en 1885-1886 se publicaría en Madrid, con el título de Cartas de la Venerable Madre Sor María de Jesús de Ágreda y del Señor Rey Don Felipe IV (2 volúmenes).

El temario de las cartas abarca todo el espectro político al que había de hacer frente el rey, ya con la ayuda de quien lo tuvo dominado hasta caer en desgracia en 1643 (Gaspar de Guzmán), ya con la del sucesor del conde-duque, Luis de Haro. Al pobre monarca, que había iniciado su reinado a los dieciséis años, no le faltaron problemas de toda índole: desde su propia debilidad moral hasta su falta de dotes de gobierno, que -con el aislado triunfo en la rendición de Breda que inmortalizara Velázquez en su famoso cuadro de las lanzas- fueron sumándole desastre tras desastre y pérdidas progresivas de territorios, en la península y en Europa. Los consejos de sor María de Jesús, que desde su celda seguía los avatares de su época, no fueron suficientes para orientar ni la vida ni los matrimonios del rey, que cayó en una gran impopularidad, ni sus funciones de gobierno, que terminaron en el más lamentable fracaso histórico.







No tuvo mayor fortuna sor María de Jesús con sus obras, algunas de ellas inéditas (Meditaciones sobre la pasión de Nuestro Señor y ejercicios quotidianos y doctrina para hacer las obras con mayor perfección, Las Sabatinas, Pláticas del cumplimiento de la voluntad de Dios...), y la más famosa, póstuma y condenada: Mística Ciudad de Dios, milagro de su omnipotencia y abismo de la gracia. Historia divina y vida de la Virgen Madre de Dios, editada en Madrid en 1670, en cuatro volúmenes. Esta obra, traducida a los principales idiomas modernos, e incluso al griego, al árabe, al croata y otros, hizo que la abadesa de Ágreda fuera pronto conocida fuera de España. Pero el carácter sobrenatural que daba a su escrito hizo que los guardianes de la ortodoxia se pusieran en guardia y analizaran con lupa sus afirmaciones. Primero, la Inquisición Española (1672), luego la condenación por parte del Santo Oficio (1681) y hasta de la Universidad de París (1696), para terminar incluida en el índice de libros prohibidos en 1713.

Pero afortunadamente de todo este calvario la libró el Señor. Sor María de Jesús moría santamente en su monasterio de Ágreda el 24 de mayo de 1665.

sábado, 2 de julio de 2011

IMPACTANTE TESTIMONIO

HOJA PARROQUIAL

Solemnidad de San Pedro y San Pablo
Lecturas:
Hechos 12, 1-11; 2 Timoteo 4, 6-8.17.18;
Mateo 16, 13-19
EVANGELIO
En aquel tiempo llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo y preguntaba a sus discípulos: -¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?
Ellos contestaron: -Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.
Él les preguntó: -Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: -Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
Jesús le respondió: -Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del Reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.
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COMENTARIO
Celebramos hoy la fiesta de San Pedro y San Pablo, dos personas ordinarias transformadas en personas extraordinarias por la gracia de Dios. Pedro y Pablo forjaron los principios básicos por los que aún vivimos hoy los católicos. Pedro, el apóstol de los judíos, y Pablo, el apóstol de los gentiles, son el cimiento y el principio de la Iglesia.
Como honramos y celebramos a nuestros héroes civiles: presidentes, generales, poetas, estrellas del cine y del deporte…nosotros celebramos también esos hombres y mujeres que fueron fieles a Jesucristo y trabajaron incansablemente por darlo a conocer por todo el mundo. Pedro y Pablo son el número uno en esa larga lista de hombres y mujeres que vivieron en la amistad del Señor. Predicar sobre Pedro y Pablo es predicar sobre la iglesia. La Iglesia es como un gigantesco iceberg viajando por el mar. Lo que vemos, la punta del iceberg, no es nada comparado con lo que las aguas guardan y esconden.
Lo que vemos cada día con nuestros ojos es la institución externa: obispos, sacerdotes, feligreses, templos, titulares en los periódicos, ustedes y yo haciendo el trabajo de Cristo, pero venimos aquí para ver con los ojos de la fe el misterio interior de la presencia escondida de Cristo, para edificar nuestras vidas sobre el único y verdadero cimiento que es Cristo. Para mucha gente la Iglesia es lo que leen en la prensa. Y ésta ha saciado su hambre de escándalos y excesos con total profusión. Lo que siempre devuelve a la iglesia la estabilidad y la renovación es la vuelta a lo básico: la vuelta a Pedro y Pablo, lo que ellos aprendieron de Jesucristo y nos entregaron.
La pregunta más importante que Pedro tuvo que contestar a lo largo de su vida fue la pregunta eterna: ¿Quién dice la gente que soy yo?
"Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios Vivo".
EL OSO Y LOS DOS VIAJEROS
Dos hombres viajaban juntos, cuando de repente les salió un oso. Uno de ellos se subió a un árbol y se escondió entre sus ramas. El otro, al ver el peligro, cayó a tierra y cuando el oso llegó hasta él empezó a olfatearlo de arriba abajo mientras contenía el aliento y se hacía el muerto. El oso se alejó. Dicen que nunca ataca a un cuerpo muerto.
Cuando el oso desapareció su compañero bajó del árbol y jocosamente le preguntó qué le había susurrado el oso al oído.
“Me dio este consejo, le dijo a su compañero, no viajes nunca con un amigo que te abandona cuando se acerca el peligro”.

AVISOS
- Recordamos que a partir de este domingo se suprime la Misa de 11,30 de la mañana hasta el 4 de septiembre.
- Esta semana próxima, de lunes a viernes no habrá Misa en la parroquia por estar de peregrinación con un grupo de personas. El sábado Misa normal a las 20 h.
- Recordamos que la página W. de la Parroquia está en esta dirección: www.divinamisriEEcordiamurcia.blogspot.com