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viernes, 25 de octubre de 2013

EL PAPA FRANCISCO A LAS FAMILIAS CRISTIANAS REUNIDAS EN ROMA

FAMILIAS CRISTIANAS: “SAL Y LEVADURA DE LA FE EN LAS COSAS DE TODOS LOS DIAS”
Ciudad del Vaticano, 27 de octubre 2013 (VIS).-La peregrinación de las familias a Roma en el Año de la Fe ha concluido esta mañana con la Santa Misa celebrada por el Papa Francisco en una Plaza de San Pedro, abarrotada de personas, al igual que la Vía de la Conciliación y las calles adyacentes. Publicamos el texto completo de la homilía pronunciada por el Santo Padre tras la lectura del Evangelio.

“Las lecturas de este domingo nos invitan a meditar sobre algunas características fundamentales de la familia cristiana.
La primera: La familia que ora. El texto del Evangelio pone en evidencia dos modos de orar, uno falso – el del fariseo – y el otro auténtico – el del publicano. El fariseo encarna una actitud que no manifiesta la acción de gracias a Dios por sus beneficios y su misericordia, sino más bien la satisfacción de sí. El fariseo se siente justo, se siente en orden, se pavonea de esto y juzga a los demás desde lo alto de su pedestal. El publicano, por el contrario, no utiliza muchas palabras. Su oración es humilde, sobria, imbuida por la conciencia de su propia indignidad, de su propia miseria: este hombre en verdad se reconoce necesitado del perdón de Dios, de la misericordia de Dios.
La del publicano es la oración del pobre, es la oración que agrada a Dios que, como dice la primera Lectura, "sube hasta las nubes" mientras que la del fariseo está marcada por el peso de la vanidad.
A la luz de esta Palabra, quisiera preguntarles a ustedes, queridas familias: ¿Rezan alguna vez en familia? Algunos sí, lo sé. Pero muchos me dicen: pero ¿Cómo se hace? Se hace como el publicano, es claro: humilde, delante de Dios. Cada uno con humildad se deja ver del Señor y le pide su bondad, que venga a nosotros. Pero, en familia, ¿Cómo se hace? Porque parece que la oración sea algo personal, y además nunca se encuentra el momento oportuno, tranquilo, en familia… Sí, es verdad, pero es también cuestión de humildad, de reconocer que tenemos necesidad de Dios, como el publicano. Y todas las familias, tenemos necesidad de Dios: todos, todos. Necesidad de su ayuda, de su fuerza, de su bendición, de su misericordia, de su perdón. Y se requiere sencillez. Para rezar en familia se necesita sencillez. Rezar juntos el “Padrenuestro”, alrededor de la mesa, no es algo singular: es fácil. Y rezar juntos el Rosario, en familia, es muy bello, da mucha fuerza. Y rezar aun el uno por el otro: el marido por la esposa, la esposa por el marido, los dos por los hijos, los hijos por los padres, por los abuelos… Rezar el uno por el otro. Esto es rezar en familia, y esto hace fuerte la familia: la oración.
La segunda Lectura nos sugiere otro aspecto: la familia conserva la fe. El apóstol Pablo, al final de su vida, hace un balance fundamental, y dice: "He conservado la fe" ¿Cómo la conservó? No en una caja fuerte. No la escondió bajo tierra, como aquel siervo un poco perezoso. San Pablo compara su vida con una batalla y con una carrera. Ha conservado la fe porque no se ha limitado a defenderla, sino que la ha anunciado, irradiado, la ha llevado lejos. Se ha opuesto decididamente a quienes querían conservar, "embalsamar" el mensaje de Cristo dentro de los confines de Palestina. Por esto ha hecho opciones valientes, ha ido a territorios hostiles, he aceptado el reto de los alejados, de culturas diversas, ha hablado francamente, sin miedo. San Pablo ha conservado la fe porque, así como la había recibido, la ha dado, yendo a las periferias, sin atrincherarse en actitudes defensivas.
También aquí, podemos preguntar: ¿De qué manera, en familia, conservamos nosotros la fe? ¿La tenemos para nosotros, en nuestra familia, como un bien privado, como una cuenta bancaria, o sabemos compartirla con el testimonio, con la acogida, con la apertura hacia los demás? Todos sabemos que las familias, especialmente las más jóvenes, van con frecuencia "a la carrera", muy ocupadas; pero ¿han pensado alguna vez que esta "carrera" puede ser también la carrera de la fe? Las familias cristianas son familias misioneras. Ayer escuchamos, aquí en la plaza, el testimonio de familias misioneras. Son misioneras también en la vida de cada día, haciendo las cosas de todos los días, poniendo en todo la sal y la levadura de la fe. Conservar la fe en familia y poner la sal y la levadura de la fe en las cosas de todos los días.
Y un último aspecto encontramos de la Palabra de Dios: la familia que vive la alegría. En el Salmo responsorial se encuentra esta expresión: "Los humildes lo escuchen y se alegren". Todo este Salmo es un himno al Señor, fuente de alegría y de paz. Y ¿cuál es el motivo de esta alegría? Es éste: El Señor está cerca, escucha el grito de los humildes y los libra del mal. Lo escribía también San Pablo: "Alegraos siempre… el Señor está cerca". Me gustaría hacer una pregunta hoy. Pero que cada uno la lleve en el corazón a su casa, eh! Como una tarea a realizar. Y responda solo: ¿Hay alegría en tu casa? ¿Hay alegría en tu familia? Den ustedes la respuesta.
Queridas familias, ustedes lo saben bien: la verdadera alegría que se disfruta en familia no es algo superficial, no viene de las cosas, de las circunstancias favorables… la verdadera alegría viene de la armonía profunda entre las personas, que todos experimentan en su corazón y que nos hace sentir la belleza de estar juntos, de sostenerse mutuamente el camino de la vida. A la base de este sentimiento de alegría profunda está la presencia de Dios, la presencia de Dios en la familia, está su amor acogedor, misericordioso, respetuoso hacia todos. Y sobre todo, un amor paciente: la paciencia es una virtud de Dios y nos enseña, en familia, a tener este amor paciente, el uno por el otro. Tener paciencia entre nosotros. Amor paciente. Sólo Dios sabe crear la armonía de las diferencias. Si falta el amor de Dios, también la familia pierde la armonía, prevalecen los individualismos, y se apaga la alegría. Por el contrario, la familia que vive la alegría de la fe la comunica espontáneamente, es sal de la tierra y luz del mundo, es levadura para toda la sociedad.
Queridas familias, vivan siempre con fe y simplicidad, como la Sagrada Familia de Nazaret. ¡La alegría y la paz del Señor esté siempre con ustedes!”.





Coronilla de la Divina Misericordia

miércoles, 9 de octubre de 2013

INFORME DEL I SIMPOSIO NACIONAL DE LA DIVINA MISERICORDIA

Durante los días 5 y 6 de Octubre de 2013 se ha celebrado el             I Simposio Nacional de la Divina Misericordia en la Parroquia de Santo Tomás de Aquino en Los Rectores-Espinardo, Murcia.
El director espiritual de dicho evento ha sido el Rector del Santuario, Don Juan García Inza, quien ha dirigido a un equipo de personas que voluntariamente han querido colaborar en la organización de este Simposio.
Con motivo de dicha celebración han participado numerosos grupos de la Divina Misericordia venidos de diferentes comunidades de la geografía española como:
Madrid, Barcelona, Cuenca, Albacete, Alicante, Almería, Sevilla,     San Sebastian, Navarra, Asturias, Murcia y otros puntos de España.
Las expectativas en cuanto a la asistencia de fieles antes de celebrar el Simposio eran muy alentadoras  pero el resultado final ha superado con creces las estimaciones hechas en un principio, aproximándose la cifra a 400 fieles.
Las personas congregadas en el Templo han respondido con una gran sensibilidad y prontitud a esta llamada del Señor y han vivido estos días en un ambiente de recogimiento y receptividad que les ha ayudado a conocer mejor y profundizar más en el Misterio de la Devoción a la Divina Misericordia.
A continuación dejamos constancia del programa que se desarrolló en el I Simposio Nacional de la Divina Misericordia y que fue aprobado por el Sr. Obispo de la Diócesis de Cartagena-Murcia.
+Sábado Día 5: Festividad de Santa Faustina
14:45h –Saludo del Rector del Santuario y Coordinadora General del Simposio, Carmen Herrera González.
15:00h _Vía Crucis (Meditación de la Pasión por parte de 14 asistentes).
16:00h_1ª Ponencia: La Divina Misericordia en la Sagrada Escritura.                        
Por el Ilmo.y Rvmo.Sr. D.Cristóbal Sevilla Jiménez, Director del Instituto  Teológico San Fulgencio de Murcia.
17:00h_Cenáculo Contemplativo de la Divina Misericordia.               Dirigido por María Ángeles Expósito (Fundadora de los Cenáculos).
18:30h_2ª Ponencia: La Divina Misericordia y la Nueva Evangelización. Por el Excmo.y  Rvmo. Mons.D.Ginés Ramón García Beltrán, Obispo de Guadix. Responsable Jerárquico del Apostolado de la Divina Misericordia en España.
19:30h_Celebración de la Santa misa presidida por el Excmo. y Rvdmo. Sr.Obispo de Guadix, al terminar la ponencia.
20:30h_Exposición del Santísimo y media hora de Adoración.         Bendición y final de la jornada.

+Domingo Día 6:
 9:30h_Oración dirigida.                                                        
10:00h_3ª Ponencia: La Divina Misericordia en los Escritos de Santa Faustina. Por el Ilmo.y Rvmo.Sr. D.Juan García Inza, Rector del Santuario y Juez Diocesano.
11:00h_4ª Ponencia: Apostolado de la Divina Misericordia en el Mundo. Por el Padre Ricardo Sliwka del Convento de Franciscanos de Cracovia. 
Testimonios.
12:30h_Celebración de la Santa Misa presidida por el Ilmo.y Rdmo. Mons. D.José Manuel Lorca Planes, Obispo de la Diócesis de Cartagena-Murcia. Homilía sobre:“La Divina Misericordia y la Esperanza Cristiana”.
13:30h_Clausura y comida de Hermandad entre los asistentes.   
Al terminar el Simposio, Sacerdotes y Responsables de grupos de la Divina Misericordia se pusieron en contacto con Don Juan García Inza, Rector del Santuario, para trasladarle sus deseos de llevar Los Cenáculos Contemplativos de la Divina Misericordia  a sus lugares de origen. Felicitaciones y Enhorabuena por el buen desarrollo del programa y por el excelente trabajo realizado por el equipo responsable que ha hecho posible este I Simposio Nacional de la Divina Misericordia en Murcia.
Aquí les dejamos una muestra gráfica de este Simposio.