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sábado, 30 de agosto de 2014

El Vaticano habla del III Congreso de la Misericordia


 
El cardenal Errázuriz Ossa, enviado del Papa recordó que ´para ser misioneros de la misericordia es necesario ser hijos de la misericordia´
Por Redacción
CIUDAD DEL VATICANO, 22 de agosto de 2014 (Zenit.org) - "En la Iglesia todas las comunidad tienen la vocación de vivir la gracia de la misericordia divina y de ser misericordiosas". Así, el cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, arzobispo emérito de Santiago de Chile, ha clausurado como enviado especial del Papa, el tercer Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia (Wacom III), celebrado en Bogotá del 15 al 19 de agosto.
Al invitar a reflexionar sobre algunas orientaciones ofrecidas por el papa Francisco, el purpurado afirmó que "no seremos nunca misioneros de la misericordia si no llegamos a ser hijos de la misericordia", indica la nota publicada por el Osservatore Romano. Por esto, el Pontífice invita continuamente a considerar que Dios nos ama primero, desde el inicio, y no se cansa de tomar siempre la iniciativa. Así, el cardenal añadió que "nos ama primero, y con amor de misericordia, sin cansarse de perdonar. Su amor despierta nuestro amor, que es siempre una respuesta al suyo, y la inclinación a amar como Él nos ama".
A continuación, el cardenal recordó que el papa Francisco usa para describir esta actitud de Dios un neologismo porteño: "Dios nos primerea". Es decir, "nos anticipa, nos está esperando". Y así, ha evidenciado que "los que han experimentado que Dios, en su inconmensurable misericordia, nos ha amado primero, saben ir adelante, tomar la iniciativa sin miedo, ser ´Iglesia en salida´ hacia las periferias geográficas y existenciales, con un deseo inagotable de ofrecer misericordia".
El arzobispo emérito de Santiago de Chile también señaló que Juan Pablo II "puso la misericordia al centro de su vida espiritual, de su testimonio apostólico y de su magisterio". El papa Wojtyła, ha afirmado "proclamaba proféticamente que ´en la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre la felicidad´".
Después de haber observado que en nuestra sociedad, con sus contradicciones, sus dificultades y sus violencias, parece ser hostil a la fe cristiana, el enviado del Papa al Bogotá también subrayó que "en el plano de Dios todo esto no es decisivo y hay otros signos para tener en cuenta en la época en la que vivimos. Por otro lado, nuestro tiempo actual, ´no nos permite permanecer indiferente´". De aquí, la invitación a "vivir y a trabajar para que nuestro tiempo sea el tiempo de la misericordia, para que nuestras culturas sean fundadas en el amor infinito de Cristo, de la sabiduría del Evangelio, de la espiritualidad y de la obra de la misericordia".
El III Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia (World Apostolic Congress On Mercy WACOM) ha contado con la presencia de 4 cardenales, 7 obispos y unos 50 sacerdotes y gran número de religiosos y laicos venidos de distintas partes del mundo. El WACOM III comenzó oficialmente con la conferencia "La Misericordia Divina nuestra misión", del cardenal Christoph Shönborn, presidente del patronato de la Misericordia. El purpurado mencionó  las palabras del papa san Juan Pablo II sobre la misericordia, e invito a la práctica de la misericordia siguiendo las enseñanzas de Jesús en la parábola del buen samaritano y el encuentro con la samaritana. Asimismo, subrayó que "la misericordia es una gran oportunidad para la Iglesia, para nuestros países y para el mundo, recordando las palabras de santa Faustina tomadas también por el papa Juan Pablo II: ´La humanidad no encontrará la paz hasta que no venga a mí misericordia´".
Por otro lado, el Congreso contó con la presencia de más de 10 reliquias de santos de la Iglesia Católica y la de tres beatos. Entre otras, estuvieron la reliquia de Santa Faustina Kowalska, la de San Juan Pablo II, la reliquia del Santo Cura de Ars, así como la de los beatos Miguel Sopocko confesor de Santa Faustina, la de los beatos Francisco y Jacinta de Fátima.
 

viernes, 29 de agosto de 2014

III CONGRESO MUNDIAL DE LA DIVINA MISERICORDIA

Comienza en Colombia el III Congreso Mundial de la Divina Misericordia. El Cardenal Christoph Schönborn, Presidente del Congreso, propuso leer y meditar un importante texto del Papa Francisco dirigido a sacerdotes, pero tambièn a todos, sobre la misericordia de Dios y nuestra misericordia. Lo traemos aquì como inicio de algunas cronicas que daremos sobre este importante evento en el que me encuentro.
 
(ENCUENTRO DEL SANTO PADRE FRANCISCO con los sacerdotes de la Diócesis de Roma
Aula Pablo VI Jueves 6 de marzo de 2014)

 
Cuando juntamente con el cardenal vicario hemos pensado en este encuentro, le dije que podía hacer para vosotros una meditación sobre el tema de la misericordia. Al inicio de la Cuaresma reflexionar juntos, como sacerdotes, sobre la misericordia nos hace bien. Todos nosotros lo necesitamos. Y también los fieles, porque como pastores debemos dar mucha misericordia, mucha.
 
El pasaje del Evangelio de Mateo que hemos escuchado nos hace dirigir la mirada a Jesús que camina por las ciudades y los poblados. Y esto es curioso. ¿Cuál es el sitio donde Jesús estaba más a menudo, donde se le podía encontrar con más facilidad? Por los caminos. Podía parecer un sin morada fija, porque estaba siempre por la calle. La vida de Jesús estaba por los caminos. Sobre todo nos invita a percibir la profundidad de su corazón, lo que Él siente por la multitud, por la gente que encuentra: esa actitud interior de «compasión», viendo a la multitud, sintió compasión. Porque ve a las personas «cansadas y extenuadas, como ovejas sin pastor». Hemos escuchado muchas veces estas palabras, que tal vez no entran con fuerza. Pero son fuertes. Un poco como muchas personas que vosotros encontráis hoy por las calles de vuestros barrios... Luego el horizonte se amplía, y vemos que estas ciudades y estos poblados no son sólo Roma e Italia, sino que son el mundo... y aquellas multitudes extenuadas son poblaciones de muchos países que están sufriendo situaciones aún más difíciles...
 
Entonces comprendemos que nosotros no estamos aquí para hacer un hermoso ejercicio espiritual al inicio de la Cuaresma, sino para escuchar la voz del Espíritu que habla a toda la Iglesia en este tiempo nuestro, que es precisamente el tiempo de la misericordia. De ello estoy seguro. No es sólo la Cuaresma; nosotros estamos viviendo en tiempo de misericordia, desde hace treinta años o más, hasta ahora.
 
En toda la Iglesia es el tiempo de la misericordia.
 
Ésta fue una intuición del beato Juan Pablo II. Él tuvo el «olfato» de que éste era el tiempo de la misericordia. Pensemos en la beatificación y canonización de sor Faustina Kowalska; luego introdujo la fiesta de la Divina Misericordia. Despacito fue avanzando, siguió adelante con esto.
 
En la homilía para la canonización, que tuvo lugar en el año 2000, Juan Pablo II destacó que el mensaje de Jesucristo a sor Faustina se sitúa temporalmente entre las dos guerras mundiales y está muy vinculado a la historia del siglo XX. Y mirando al futuro dijo: «¿Qué nos depararán los próximos años? ¿Cómo será el futuro del hombre en la tierra? No podemos saberlo. Sin embargo, es cierto que, además de los nuevos progresos, no faltarán, por desgracia, experiencias dolorosas. Pero la luz de la misericordia divina, que el Señor quiso volver a entregar al mundo mediante el carisma de sor Faustina, iluminará el camino de los hombres del tercer milenio». Está claro. Aquí es explícito, en el año 2000, pero es algo que en su corazón maduraba desde hacía tiempo. En su oración tuvo esta intuición.
 
Hoy olvidamos todo con demasiada rapidez, incluso el Magisterio de la Iglesia. En parte es inevitable, pero los grandes contenidos, las grandes intuiciones y los legados dejados al Pueblo de Dios no podemos olvidarlos. Y el de la divina misericordia es uno de ellos. Es un legado que él nos ha dado, pero que viene de lo alto. Nos corresponde a nosotros, como ministros de la Iglesia, mantener vivo este mensaje, sobre todo en la predicación y en los gestos, en los signos, en las opciones pastorales, por ejemplo la opción de restituir prioridad al sacramento de la Reconciliación, y al mismo tiempo a las obras de misericordia. Reconciliar, poner paz mediante el Sacramento, y también con las palabras, y con las obras de misericordia.
 
¿Qué significa misericordia para los sacerdotes?

Me viene a la memoria que algunos de vosotros me habéis telefoneado, escrito una carta, luego hablé por teléfono... «Pero, padre, ¿por qué usted se mete así con los sacerdotes?». Porque decían que yo apaleo a los sacerdotes. No quiero apalear aquí...
 
Preguntémonos qué significa misericordia para un sacerdote, permitidme decir para nosotros sacerdotes. Para nosotros, para todos nosotros. Los sacerdotes se conmueven ante las ovejas, como Jesús, cuando veía a la gente cansada y extenuada como ovejas sin pastor. Jesús tiene las «entrañas» de Dios, Isaías habla mucho de ello: está lleno de ternura hacia la gente, especialmente hacia las personas excluidas, es decir, hacia los pecadores, hacia los enfermos de los que nadie se hace cargo... De modo que a imagen del buen Pastor, el sacerdote es hombre de misericordia y de compasión, cercano a su gente y servidor de todos. Éste es un criterio pastoral que quisiera subrayar bien: la cercanía.

La proximidad y el servicio, pero la proximidad, la cercanía... Quien sea que se encuentre herido en su vida, de cualquier modo, puede encontrar en él atención y escucha... En especial el sacerdote demuestra entrañas de misericordia al administrar el sacramento de la Reconciliación; lo demuestra en toda su actitud, en el modo de acoger, de escuchar, de aconsejar, de absolver... Pero esto deriva del modo en el cual él mismo vive el sacramento en primera persona, del modo como se deja abrazar por Dios Padre en la Confesión, y permanece dentro de este abrazo... Si uno vive esto dentro de sí, en su corazón, puede también donarlo a los demás en el ministerio. Y os dejo una pregunta: ¿Cómo me confieso? ¿Me dejo abrazar? Me viene a la mente un gran sacerdote de Buenos Aires, tiene menos años que yo, tendrá 72... Una vez vino a mí. Es un gran confesor: siempre hay fila con él... Los sacerdotes, la mayoría, van a él a confesarse... Es un gran confesor. Y una vez vino a mí: «Pero padre...». «Dime». «Tengo un poco de escrúpulos, porque sé que perdono demasiado». «Reza... si tú perdonas demasiado...». Y hemos hablado de la misericordia. A un cierto punto me dijo: «Sabes, cuando yo siento que es fuerte este escrúpulo, voy a la capilla, ante el Sagrario, y le digo: Discúlpame, Tú tienes la culpa, porque me has dado un mal ejemplo. Y me marcho tranquilo...». Es una hermosa oración de misericordia. Si uno en la confesión vive esto en sí mismo, en su corazón, puede también donarlo a los demás.
 
El sacerdote está llamado a aprender esto, a tener un corazón que se conmueve. Los sacerdotes —me permito la palabra— «fríos», los «de laboratorio», todo limpio, todo hermoso, no ayudan a la Iglesia. Hoy podemos pensar a la Iglesia como un «hospital de campo». Esto, perdonadme, lo repito, porque lo veo así, lo siento así: un «hospital de campo». Se necesita curar las heridas, muchas heridas. Muchas heridas. Hay mucha gente herida, por los problemas materiales, por los escándalos, incluso en la Iglesia... Gente herida por las falacias del mundo... Nosotros, sacerdotes, debemos estar allí, cerca de esta gente. Misericordia significa ante todo curar las heridas. Cuando uno está herido, necesita en seguida esto, no los análisis, como los valores del colesterol, de la glucemia... Pero está la herida, sana la herida, y luego vemos los análisis. Después se harán los tratamientos especializados, pero antes se deben curar las heridas abiertas. Para mí, en este momento, esto es más importante. Y hay también heridas ocultas, porque hay gente que se aleja para no mostrar las heridas... Me viene a la mente la costumbre, por la ley mosaica, de los leprosos en tiempo de Jesús, que siempre estaban alejados, para no contagiar... Hay gente que se aleja por vergüenza, por esa vergüenza de no mostrar las heridas... Y se alejan tal vez un poco con la cara torcida, en contra de la Iglesia, pero en el fondo, dentro, está la herida... ¡Quieren una caricia! Y vosotros, queridos hermanos —os pregunto—, ¿conocéis las heridas de vuestros feligreses? ¿Las intuís? ¿Estáis cercanos a ellos? Es la única pregunta...
 
Misericordia significa ni manga ancha ni rigidez.

Volvamos al sacramento de la Reconciliación. Sucede a menudo, a nosotros, sacerdotes, escuchar la experiencia de nuestros fieles que nos cuentan de haber encontrado en la Confesión un sacerdote muy «riguroso», o por el contrario muy «liberal», rigorista o laxista. Y esto no está bien. Que haya diferencias de estilo entre los confesores es normal, pero estas diferencias no pueden referirse a la esencia, es decir, a la sana doctrina moral y a la misericordia. Ni el laxista ni el rigorista dan testimonio de Jesucristo, porque ni uno ni otro se hace cargo de la persona que encuentra. El rigorista se lava las manos: en efecto, la clava a la ley entendida de modo frío y rígido; el laxista, en cambio, se lava las manos: sólo aparentemente es misericordioso, pero en realidad no toma en serio el problema de esa conciencia, minimizando el pecado. La misericordia auténtica se hace cargo de la persona, la escucha atentamente, se acerca con respeto y con verdad a su situación, y la acompaña en el camino de la reconciliación. Y esto es fatigoso, sí, ciertamente. El sacerdote verdaderamente misericordioso se comporta como el buen Samaritano... pero, ¿por qué lo hace? Porque su corazón es capaz de compasión, es el corazón de Cristo.
 
Sabemos bien que ni el laxismo ni el rigorismo hacen crecer la santidad. Tal vez algunos rigoristas parecen santos, santos... Pero pensad en Pelagio y luego hablamos... No santifican al sacerdote, y no santifican al fiel, ni el laxismo ni el rigorismo. La misericordia, en cambio, acompaña el camino de la santidad, la acompaña y la hace crecer... ¿Demasiado trabajo para un párroco? Es verdad, demasiado trabajo. ¿Y de qué modo acompaña y hace crecer el camino de la santidad? A través del sufrimiento pastoral, que es una forma de la misericordia. ¿Qué significa sufrimiento pastoral? Quiere decir sufrir por y con las personas. Y esto no es fácil. Sufrir como un padre y una madre sufren por los hijos; me permito decir, incluso con ansiedad...
Para explicarme os hago algunas preguntas que me ayudan cuando un sacerdote viene a mí. Me ayudan también cuando estoy solo ante el Señor.
 
Dime: ¿Tú lloras? ¿O hemos perdido las lágrimas? Recuerdo que en los Misales antiguos, los de otra época, hay una oración hermosa para pedir el don de las lágrimas. Comenzaba así la oración: «Señor, Tú que diste a Moisés el mandato de golpear la piedra para que brotase agua, golpea la piedra de mi corazón para que las lágrimas...»: era así, más o menos, la oración. Era hermosísima. Pero, ¿cuántos de nosotros lloramos ante el sufrimiento de un niño, ante la destrucción de una familia, ante tanta gente que no encuentra el camino?... El llanto del sacerdote... ¿Tú lloras? ¿O en este presbiterio hemos perdido las lágrimas?
¿Lloras por tu pueblo? Dime, ¿tú haces la oración de intercesión ante el sagrario?
 
¿Tú luchas con el Señor por tu pueblo, como luchó Abrahán: «¿Y si fuesen menos? ¿Y si son 25? ¿Y si son 20?...» (cf. Gn 18, 22-33). Esa oración valiente de intercesión... Nosotros hablamos de parresia, de valor apostólico, y pensamos en los proyectos pastorales, esto está bien, pero la parresia misma es necesaria también en la oración. ¿Luchas con el Señor? ¿Discutes con el Señor como hizo Moisés? Cuando el Señor estaba harto, cansado de su pueblo y le dijo: «Tú quédate tranquilo... destruiré a todos, y te haré jefe de otro pueblo». «¡No, no! Si tú destruyes al pueblo, me destruyes también a mí». ¡Éstos tenían los pantalones! Y hago una pregunta: ¿Tenemos nosotros los pantalones para luchar con Dios por nuestro pueblo?
 
Otra pregunta que hago: por la noche, ¿cómo concluyes tu jornada? ¿Con el Señor o con la televisión?
¿Cómo es tu relación con quienes te ayudan a ser más misericordioso? Es decir, ¿cómo es tu relación con los niños, los ancianos, los enfermos? ¿Sabes acariciarlos, o te avergüenzas de acariciar a un anciano?
 
No tengas vergüenza de la carne de tu hermano (cf. Reflexiones en esperanza, I cap.). Al final, seremos juzgados acerca de cómo hemos sabido acercarnos a «toda carne» —esto es Isaías. No te avergüences de la carne de tu hermano. «Hacernos prójimo»: la proximidad, la cercanía, hacernos cercanos a la carne del hermano. El sacerdote y el levita que pasaron antes que el buen samaritano no supieron acercarse a esa persona maltratada por los bandidos. Su corazón estaba cerrado. Tal vez el sacerdote miró el reloj y dijo: «Debo ir a la misa, no puedo llegar tarde a misa», y se marchó. ¡Justificaciones! Cuántas veces buscamos justificaciones, para dar vueltas alrededor del problema, de la persona. El otro, el levita, o el doctor de la ley, el abogado, dijo: «No, no puedo porque si hago esto mañana tendré que ir como testigo, perderé tiempo...». ¡Las excusas!... Tenían el corazón cerrado. Pero el corazón cerrado se justifica siempre por lo que no hace. En cambio, el samaritano abrió su corazón, se dejó conmover en las entrañas, y ese movimiento interior se tradujo en acción práctica, en una acción concreta y eficaz para ayudar a esa persona.
Al final de los tiempos, se permitirá contemplar la carne glorificada de Cristo sólo a quien no se haya avergonzado de la carne de su hermano herido y excluido.
 
Os lo confieso, a mí me hace bien, algunas veces, leer la lista sobre la cual seré juzgado, me hace bien: está en Mateo 25.
 
Éstas son las cosas que me han venido a mi memoria, para compartirlas con vosotros. Están un poco así, como han salido... [El cardenal Vallini: «Un buen examen de conciencia»] Nos hará bien. [aplausos]
En Buenos Aires —hablo de otro sacerdote— había un confesor famoso: éste era sacramentino. Casi todo el clero se confesaba con él. Cuando, una de las dos veces que vino, Juan Pablo ii pidió un confesor en la nunciatura, fue él. Era anciano, muy anciano... Fue provincial en su Orden, profesor... pero siempre confesor, siempre. Y siempre había fila, allí, en la iglesia del Santísimo Sacramento. En ese tiempo, yo era vicario general y vivía en la Curia, y cada mañana, temprano, bajaba al fax para ver si había algo. Y la mañana de Pascua leí un fax del superior de la comunidad: «Ayer, media hora antes de la vigilia pascual, falleció el padre Aristi, a los 94 —¿o 96?— años. El funeral será el día...». Y la mañana de Pascua yo tenía que ir a almorzar con los sacerdotes del asilo de ancianos —lo hacía normalmente en Pascua—, y luego —me dije— después de la comida iré a la iglesia. Era una iglesia grande, muy grande, con una cripta bellísima. Bajé a la cripta y estaba el ataúd, sólo dos señoras ancianas rezaban allí, sin ninguna flor. Pensé: pero este hombre, que perdonó los pecados a todo el clero de Buenos Aires, también a mí, ni siquiera tiene una flor... Subí y fui a una florería —porque en Buenos Aires, en los cruces de las calles hay florerías, por la calle, en los sitios donde hay gente— y compré flores, rosas... Regresé y comencé a preparar bien el ataúd, con flores... Miré el rosario que tenía entre las manos... E inmediatamente se me ocurrió —ese ladrón que todos tenemos dentro, ¿no?—, y mientras acomodaba las flores tomé la cruz del rosario, y con un poco de fuerza la arranqué. Y en ese momento lo miré y dije: «Dame la mitad de tu misericordia». Sentí una cosa fuerte que me dio el valor de hacer esto y de hacer esa oración. Luego, esa cruz la puse aquí, en el bolsillo. Las camisas del Papa no tienen bolsillos, pero yo siempre llevo aquí una bolsa de tela pequeña, y desde ese día hasta hoy, esa cruz está conmigo. Y cuando me surge un mal pensamiento contra alguna persona, la mano me viene aquí, siempre. Y siento la gracia. Siento que me hace bien. Cuánto bien hace el ejemplo de un sacerdote misericordioso, de un sacerdote que se acerca a las heridas...
 
Si pensáis, vosotros seguramente habéis conocido a muchos, a muchos, porque los sacerdotes de Italia son buenos. Son buenos. Creo que si Italia es aún tan fuerte, no es tanto por nosotros obispos, sino por los párrocos, por los sacerdotes. Es verdad, esto es verdad. No es un poco de incienso para consolar, lo siento así.
La misericordia. Pensad en tantos sacerdotes que están en el cielo y pedid esta gracia. Que os concedan esa misericordia que tuvieron con sus fieles. Y esto hace bien.
 
Muchas gracias por la escucha y por haber venido aquí.

Actualizado 16 agosto 2014
La misericordia como única respuesta de la Iglesia


 

 

 La misericordia como ùnica respuesta de la Iglesia al mundo
Hemos comenzado en esta Fiesta de la Asunciòn de la Virgen el III Congreso Mundial de la Divina Misericordia en Bogotà. Mucha asistencia de congresistas de distintos paìses. Un ambiente de desbordante alegrìa. Españoles solo èramos tres. Y Colombia nos ha ganado a todos con su amabilidad y delizadeza. 

 
El coro nos ha ambientado con el tono melodiodo de los hispanos. Presentaciones de rigor por parte de la Jerarquìa, y la magistral intervención del Cardenal Christoph Schönborn.  ha comentado la homilìa que pronunciara en su día san Juan Pablo II en la consagrac´òn del Santuario de Crarcovia. Ha insistido que la misericordia en la ùnica respuesta que la Iglesia puede dar hoy a un mundo injusto y muy crispado por los problemas humanos y sociales.  Verdad, Justicia y Misericordia. Este es el orden a mantener para ser fieles al mensaje evangèlico. Gracias al cuadro de Jesùs Misericordioso, la Coronilla y otros medios suscitados por el mismo Jesùs a santa Faustina, muchos se han encontrado con el amor de Dios.
 
Juan Pablo II no pretendiò suscitar nuevas pràcticas piadosas, sino que el amor de Dios y la justicia se vivieran en el mundo. La Divina Misericordia es todo un programa de vida, que no se queda en algunas pràcticas piadosas, muy encomiables, pero que se quedan en la piedad si no estàn conectada con la acciòn. "Misericordia quiero y no sacrificios" dice el Señor.
 
Ùnicamente la misericordia de Dios puede poner fin al mal. ¿Còmo puede ser esto? ¿No ha de ir por delante la justicia? ¿No parece la misericordia una debilidad? Recordar que el primer viaje apostòlico del Papa Francisco no fuè a ningùn santuario, sino a la isla de Lampedusa en donde estaban muriendo tantos inmigrantes negros. La misericordia abraza la justicia. Hay que meditar despacio la Paràbola del hijo pródigo. Primero la misericordia. No hay misericordia sin verdad. Los chismes y las habladurías no son misericordia. Jesús dice siempre la verdad pero no humilla. La misericordia es un don, no un mérito.

 
Nos dió un testimonio impresionante una actriz italiana. estaba muy lejos de Dios. Se conformaba con las prácticas budistas, de la Nueva Era, del reiki, etc. A través de ella se coló el demonio en su vida. En su casa ocurrían efectos paranormales, como el movimiento de objetos y cosas muy extrañas. Un día del Año Santo del 2.000 una amiga le invitó a visitar San Pedro del Vaticano pasando por la puerta santa. Ella no quería porque nunca había ido a es Basílica. Al final eccedió acompañar a la amiga. Nada más pasar por la puerta santa algo muy profundo se produjo en su corazòn. Fué la conversión total de su vida. Hoy vive la misericordia con una Fundación que ha creado a favor de los niños enfermos de sida. La titula "La Obra del Padre". Tiene estos tres objetivos: Ayudar al necesitado, orar por la conversión y evangelizar.
 
Nos habló tambien un Pastor protestante sobre la Lectio Divina. Nos ha enseñado el método para sacarle mas provecho a la Biblia. Es un método que hay que conocer.
 
Hemos terminado la mañana con la Celebración de la Santa Misa. Muchos sacerdotes. Buenos cantos del coro y excelente participación.
 
Tras la Misa, comida en el recinto del Congreso y salida con autobuses para conocer distintos lugares de Bogotá y sus alrededores. Una visita que le ha impresionado a mi grupo de autobús ha sido la visita a una parroquia de 30.000 feligreses pobres que lleva una gigantesca obra social en favor de niños, ancianos, necesitados, emigrantes, parados... Cuando hemos entrado en un modestísimo centro de los mayores, nos han recibido todos y todas con una gran alegría. En especial a los dos sacerdotes que íbamos. Nunca me han besado tantas ancianas de tez india como en esta ocasión. Y más aún cuando he dicho que este día celebraba mi cumpleaños. No nos querían dejar salir. La verdad es que eso es misericordia en acción. Ha sido el mejor cumpleaños que he celebrado hasta ahora.
Y el Congreso sigue adelante.

Actualizado 17 agosto 2014
Las flores de Colombia


 

 

 LAS FLORES DE COLOMBIA
Hemos vivido en el día de hoy una jornada memorable en el III Congreso Mundial de la Divina Misericordia. El cardenal Primado de Colombia ha llevado una ponencia centrada en la necesidad de misericordia que tiene el pueblo de Colombia, que está sufriendo tanto por el terrorismo, que ya se ha cobrado más de un millón de muertos.  A pesar de las grandes limitaciones que tenemos el ser humano es capaz de Dios, afirma el cardenal. Pero no podemos pretender ser como Dios, que es el pecado supremo del hombre de todos los tiempos. El hombre puede ser víctima del hombre cuando no hay corazón. La misericordia nace del corazón. Dios dijo a Moisés: "He visto la opresión de mi pueblo", y Dios ha visto la opresión que padece parte del pueblo colombiano.
 
En una ponencia que nos ha estremecido a todos la Doctora Diana Sofía Giraldo, de la Fundación Víctimas Visibles, ha expuesto con toda crudeza y realismo el sufrimiento de tanta familias que han visto desaparecer a casi todos sus miembros. Algunas madres  de las víctimas, que se ha llevado consigo la Dra.,  han expuesto su dolor y su confianza en Dios. Ha hecho llorar a muchos el testimonio de una madre que acogió en su casa por caridad a uno de los terroristas malogrado. Lo acostó en una cama para atenderlo. Cuando el terrorista vió en la pared la fotografía del hijo de esta mujer, le dijo a quemarropa: - ¿Quien ese? La mujer dijo:-Mi hijo. Y el terrorista afirmó: -Pues a ese lo matamos ayer. - Y a pesar de todo la mujer lo perdonó tratándolo con misericordia y un llanto que conmovió al miembro de las guerrillas. Otra pobre mujer, muy deteriorada, contó que se había quedado sola porque le han quitado a todos sus hijos y a su marido. Pero pensaba, a pesar de todo, que Dios la quería, y ella debía amar incluso a los enemigos.
 
La Doctora concluyó su ponencia afirmando que los hombres tenemos sed de Dios, de su regazo. La respuesta a toda esta miseria ella la encontró en el Diario de Santa Faustina, en el mensaje de la Misericordia Divina. Hay que consolar a Jesús, especialmente en los pequeñitos.



 
Pero por la tarde hemos tenido, un grupo, la oportunidad de compartir unas horas felices en un centro de atención a niñas adolescentes con problemas. El centro se llama OPNI (Organización para niñas indefensas). Un grupo de 17 niñas entre 12 y 17 años conviven con sus monitoras tratando de superar las dificultades que han tenido en sus familias y en sus ambientes. Esta institución trata de formar en estas niñas a unas mujeres que sepan afrontar la vida con valores, con la dignidad del ser humano.
 
 
Colombia es un país de flores exóticas maravillosas. En este fin de semana se está celebrando en Bogotá la Feria de la Flor. Pero yo he visto en estas niñas las verdaderas flores de Colombia. Nos han obsequiado con  sus cantos, sus reflexiones, sus bailes regionales, su alegría e inocencia. Se nota que la enseñanza que allí reciben por unos meses les cala hondo. Son felices, y con ellas hemos rezado a Dios por las necesidades de sus familias, de la juventud, del pueblo colombiano. Se nos ha hecho corto el tiempo que hemos estado en este modesto, pero bien cuidado, Centro. Esta es una obra de misericordia que se desarrolla desde la fe.
      La Misericordia no es solo oración, es también formación y acción. Como se que ellas van a visitar este Blog, les mando desde aquí un saludo, y les expreso mi gratitud por todo lo que nos han enseñado esta tarde. Ellas son las verdaderas flores de Colombia, que no se lucirán en ningún jarrón o feria, pero que Dios sale cada día a contemplarlas en este jardín de Bogotá.

Actualizado 18 agosto 2014
Cantar al Dios misericordioso


 

 

 
 
El día de hoy en el III Congreso de la Divina Misericordia de Colombia ha sido muy intenso. Desde las 8 de la mañana hasta las ocho de la noche. Por la mañana importantes ponencias con una llamada fuerte a vivir la misericordia en el mundo actual. El Obispo Auxiliar de Puebla y Secretario de la Conferencia Episcopal Mexicana, nos ha dicho, entre otras muchas cosas, que quien ha escogido el amor de Dios no se lo puede quedar, ha de comunicarlo. La misericordia es la esencia misma de Dios.


 
Cada uno de nosotros somos necesarios, nadie puede decir yo no puedo, yo no valgo. Si Dios me ha creado es para algo importante. Dios nos ha dado la familia de la Iglesia , y ella me oye, me acoge, me perdona, me quiere... Nos ha puesto un ejemplo para recordarnos que hay que ser agradecidos y no egoístas. Un señor recibe como regalo un caja con un par de zapatos de buena marca. Al principio, antes de abrir la caja, dijo con falsa humildad que el no merecía ese regalo. Al abrirlo mira atónito los zapatos y grita: ¿Y donde están los calcetines?- Nos suele ocurrir. Todos queremos más y disfrutamos poco lo que nos regalan, lo que Dios nos da. Igualmente Mons. nos ha contado un chiste. ¿En que se diferencia un perro de un gato? En que el perro cuando le das algo te mira agradecido y piensa: -Este debe ser un dios. Y el gato, cuando recibe un obsequio afirma: - Cuando me dan esto es porque yo debo ser Dios.  Así nos puede ocurrir a nosotros: cuando nos dan algo tenemos la tentación de pensar que somos muy importantes, que más nos merecemos.
 
Dios nos ama acariciando nuestras heridas del pecado, dice el Papa Francisco. Un hijo, por muy pródigo que sea, sigue siendo un hijo. Yo tengo la misión de acoger a todo el que llegue sin pedirle cuentas.
 
El Padre Jaramillo, cura televisivo muy conocido en hispanoamerica, y líder de la renovación carismática, nos ha hablado con entusiasmo de la necesidad de amar a Dios con alegría.  Y de alegría del sacerdote ha tratado la letra de uno de los cantos que hemos tenido en el festival de la tarde. "Alégrese Padre" era el estrivillo de la canción. Y los miles de laicos que llenaban el recinto nos miraban solicitando nuestra sonrisa. Y así debe ser.

 
La última parte de la tarde la ha llenado el Santísimo expuesto en la gran explanada de un recinto histórico de la época colonial. Hemos rezado por el mundo entero para que haya paz, y por las intenciones que cada uno traía en el bolso.
 
De 6 a 8 de la noche los representantes de los distintos continentes hemos intercambiado experiencias enriquecedoras. Y hemos elegido Filipinas como sede el próximo Congreso.

Actualizado 18 agosto 2014
Cantar al Dios misericordioso


 

 

 
 
El día de hoy en el III Congreso de la Divina Misericordia de Colombia ha sido muy intenso. Desde las 8 de la mañana hasta las ocho de la noche. Por la mañana importantes ponencias con una llamada fuerte a vivir la misericordia en el mundo actual. El Obispo Auxiliar de Puebla y Secretario de la Conferencia Episcopal Mexicana, nos ha dicho, entre otras muchas cosas, que quien ha escogido el amor de Dios no se lo puede quedar, ha de comunicarlo. La misericordia es la esencia misma de Dios.


 
Cada uno de nosotros somos necesarios, nadie puede decir yo no puedo, yo no valgo. Si Dios me ha creado es para algo importante. Dios nos ha dado la familia de la Iglesia , y ella me oye, me acoge, me perdona, me quiere... Nos ha puesto un ejemplo para recordarnos que hay que ser agradecidos y no egoístas. Un señor recibe como regalo un caja con un par de zapatos de buena marca. Al principio, antes de abrir la caja, dijo con falsa humildad que el no merecía ese regalo. Al abrirlo mira atónito los zapatos y grita: ¿Y donde están los calcetines?- Nos suele ocurrir. Todos queremos más y disfrutamos poco lo que nos regalan, lo que Dios nos da. Igualmente Mons. nos ha contado un chiste. ¿En que se diferencia un perro de un gato? En que el perro cuando le das algo te mira agradecido y piensa: -Este debe ser un dios. Y el gato, cuando recibe un obsequio afirma: - Cuando me dan esto es porque yo debo ser Dios.  Así nos puede ocurrir a nosotros: cuando nos dan algo tenemos la tentación de pensar que somos muy importantes, que más nos merecemos.
 
Dios nos ama acariciando nuestras heridas del pecado, dice el Papa Francisco. Un hijo, por muy pródigo que sea, sigue siendo un hijo. Yo tengo la misión de acoger a todo el que llegue sin pedirle cuentas.
 
El Padre Jaramillo, cura televisivo muy conocido en hispanoamerica, y líder de la renovación carismática, nos ha hablado con entusiasmo de la necesidad de amar a Dios con alegría.  Y de alegría del sacerdote ha tratado la letra de uno de los cantos que hemos tenido en el festival de la tarde. "Alégrese Padre" era el estrivillo de la canción. Y los miles de laicos que llenaban el recinto nos miraban solicitando nuestra sonrisa. Y así debe ser.

 
La última parte de la tarde la ha llenado el Santísimo expuesto en la gran explanada de un recinto histórico de la época colonial. Hemos rezado por el mundo entero para que haya paz, y por las intenciones que cada uno traía en el bolso.
 
De 6 a 8 de la noche los representantes de los distintos continentes hemos intercambiado experiencias enriquecedoras. Y hemos elegido Filipinas como sede el próximo Congreso.

Actualizado 19 agosto 2014
Sal de la tierra y Luz del mundo


 

 

 Sal de la tierra y luz del mundo
El III Congreso Mundial de la Divina Misericordia etá llegando a su fin. Hoy hemos tenido un día memorable. El escenario de los actos estaba a 180 metros de profundidad, la Catedral de Sal en Zipaquirá. Todo un  complejo de magníficas estancias escavadas en la montaña de sal desde hace 400 años. Es muy superior a la conocida Mina de Sal de Polonia.  En esta de Colombia se ha trabajado la mina con un objetivo religiosos.

       El pasillo de la entrada, amplio y estratégicamente iluminado, es un Vía Crucis que se inicia en la entrada. Las distintas galerías desembocan en la llamada Catedral, que es un amplísimo templo presidido por una cruz  gigante  y un amplio presbiterio con todo lo necesario para la celebración de la Santa Misa.  En la nave central caben sentadas más de dos mil personas, que somos las que estábamos allí este día.

 
Hemos iniciado la jornada  en un día gris y lluvioso, pero muy normal por estas tierras.  El primer acto cultural lo ha ocupado  el mensaje del Cardenal de Cracovia Stanislao Dziwisz, que ha recordado la historia de la devoción a la Divina Misericordia, y ha expuesto la doctrina clara sobre el tema tantas veces transmitida por el Magisterio de  San Juan Pablo II.
 
Importante ha sido la conferencia del Cardenal Audrys Bazkis, de Vilnius, Lituania, que ha recordado que las primeras manifestaciones de Jesucristo a Santa Faustina ocurrieron en el convento de Vilnius, y allí está el primer cuadro que se pintó siguiendo las instrucciones de Santa Faustina. Nos ha contado las vicisitudes que ha pasado Lituania en la reciente historia de la ocupación soviética. El cuadro se salvó porque una feligresa lo guardó en su casa. A ella le costó la vida, pero el cuadro sigue estando en el Santuario de Vilnius.
 
La Eucaristía la ha presidido el Cardenal Philippe Barbarin, de Lyon-Francia, que nos ha contado en la homilía su reciente estancia en los países de Oriente medio en donde los cristianos son masacrados. Ha contado con detalle los horrores de una persecución incomprensible en el siglo XXI.
 
Tras el almuerzo bajo las bóvedas de la mina de sal, Mary Sarindhorn, de Tailandia, nos ha ofrecido su espeluznante testimonio sobre una aventura ocurrida en su vida, siendo empleada de banca, por negarse a participar en un delito de corrupción de gran envergadura por parte de sus jefes. Fue expulsada, y le dijeron que le ofrecían una importante suma de dinero si mataba a una persona concreta. Ella se negó, y sufrió las consecuencias con gran valentía y confianza en la Misericordia Divina.  Hoy es una apóstol de la Misericordia. Ella era budista, y descubrió a Jesús a través del perdón.
 
El P. Joâo Henrique nos ha explicado la misión  de la Misericordia en las periferias de Brasil, entre las fabelas y el mundo de la destrucción humana por la miseria y los vicios. Le acompañaba un sacerdote negro recién ordenado que nos ha expuesto como fue su conversión desde una vida llevada en la calle y enganchado a todos los vicios. Un día le invitaron a que se confesara, y ese fue el inicio de una vida entregada a Dios que le ha llevado al sacerdocio.
 
Terminados los actos de la tarde, todos regresamos a Bogotá para asistir a un espectáculo de luz y sonido con que nos ha obsequiado una entidad colombiana. Ha sido una maravilla de luz, música y agua. Y esto empalma con el título de este post. En la Misa se nos ha hablado que debemos ser Sal de la tierra, estando precisamente en una mina de sal. Y también Luz del mundo, que nos ha recordado el maravilloso concierto acuático. 
 
Acabamos la jornada cansados, pero satisfechos por haber profundizado un poco más en el insondable mar de la Misericordia Divina.
 
Juan García Inza
 

ctualizado 20 agosto 2014
Clausurado el III Congreso Mundial de la Misericordia


 

 

 Clausurado el III Congreso Mundial de la Divina Misericordia
Esta mañana ha quedado clausurado el III Congreso Mundial de la Divina Misericordia del que hemos venido hablando estos días. Clausura del Congreso no quiere decir punto y aparte. Es precisamente ahora, en la vida corriente, en donde realmente el Congreso debe esparcir la semilla que ha venido seleccionando estos días.

 
Ha sido una jornada muy importante porque  os congresistas  hemos tomado la palabra. Nos hemos reunido por grupos de diez para dialogar en torno a dos preguntas:
 
a) ¿Puedo decir lo que he recibido como llamada del señor durante el Congreso, en cuanto a la misión que el señor nos está entregando?
 
b) ¿Cuales llamadas e impulsos percibo para los próximos tiempos?
 
Las aportaciones han sido muy valiosas. El grupo en donde me encontraba ha aportado cosas bellas, como estas: -Yo he sentido la llamada de ser misionera de la misericordia en la calle. -Este Congreso me ha motivado a intensificar mi vida de oración por las víctimas de la violencia y de la pobreza. -Los fuertes testimonios que hemos escuchado me han removido mucho por dentro, y amo a todos sea quien sea. -Llamada fuerte a comprometerme en las misiones de mi diócesis. -Remover el fuego del amor en mi vida. -Mejorar mi vida espiritual y personal a través de la Palabra de Dios...-Ser buena discípula de Dios para pregonar su Palabra. -Trabajar por la unidad de los cristianos por la misericordia de Dios.- Volver a las fuentes primeras de mi vida consagrada, a mi primer Amor.. -Llevar esperanza y alegría a todos, porque lo necesitamos. - Salir de mi capsula para comprometerme en serio como cristiana.
 
En cuanto a los deseos de una Iglesia siempre renovada, se han aportado las siguientes sugerencias: -Mas oración, sacramentos y obras de caridad. -Que las comunidades se abran más a los demás. -Un papel importantísimo de la Iglesia para nuestros tiempos es fomentar el respeto a la dignidad humana.- Orar mucho por el Papa que se está dejando la vida por todos. -Mejorar las comunicaciones  y los medios audiovisuales para que la Palabra llegue más nítidamente. Se ha hablado de la megafonía de las parroquias que a veces dejan mucho que desear, y que las homilías sean breves y sustanciosas.-Unidad de los cristianos y la paz del mundo...
 
En cuanto a frases impactantes destacaría algunas: "Sonríe que Jesús te ama". "Los sacerdotes: jardineros de nuestras parroquias". "No somos misioneros de la misericordia si no somos primero hijos de la misericordia, hijos del amor de Dios"."Todos apóstoles del Sacramento del Perdón". Meditar mucho la Parábola del Buen Samaritano, y sentirnos llamados a socorrer con amor a todo los necesitados que nos encontremos tirados en nuestros caminos. SER VOLUNTARIOS DE LA MISERICORDIA DE DIOS.
 
El Cardenal SCHONBORN ha hecho la síntesis, y ha anunciado que el próximo Congreso será en Filipinas.
 
Con la Misa presidida por el Cardenal SALAZAR, de Bogotá, se ha clausurado el Congreso. Ha salido en procesión la Virgen de Fátima que nos presidía, mientras se cantaba el Ave María.
 
Gozo y alegría, despedidas, agradecimientos, y todos nos hemos ido marchando con la certeza de que ha merecido la pena el esfuerzo.

juan j. juan.garciainza@gmail.com

24 de ago. (hace 5 días)
para GABRIEL

domingo, 10 de agosto de 2014

PROGRAMA DEL III CONGRESO MUNDIAL DE LA DIVINA MISERICORDIA

III Congreso Mundial de la Misericordia, 14-18 de 2014,...



En toda la Iglesia es el tiempo de la misericordia.
III Congreso Mundial de la Misericordia 2014, Bogotá, Agosto 14 al 18 de 2014.
PROGRAMA
En la amistad de los testigos de la Divina Misericordia y en su mirada,
Aquí hay el programa de los 5 días, con la conclusión en la fiesta de S. Juan Eudes (19 Agosto):
JUEVES 14 AGOSTO
Tarde: Acogida, inscripción y entrega de material.
VIERNES 15 AGOSTO
8:00 Acogida y Laudes
9:00 Apertura: Espacio para los discursos inaugurales
9.15 Conferencia del Cardenal Rubén Salazar (Bogotá): LA MISERICORDIA AL SERVICIO DE LA RECONCILIACIÓN Y LA PAZ EN COLOMBIA
10.00 Testimonio: Antonio José GARCÍA FERNANDEZ, abogado, (Comisión Nacional de Conciliación) NUESTRO TRABAJO CON VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA
10.20 Testimonio: Dra. Diana Sofía GIRALDO (Fundación Víctimas Visibles), con el TESTIMONIO DE UNA DE LAS VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA
10:40 Refrigerio
11:10 Conferencia del Cardenal Christoph SCHÖNBORN (Viena): LA MISERICORDIA DIVINA, NUESTRA MISION
12:00 Eucaristía (Mons. Alapati MATA’ELIGA, arzobispo de Apia, Samoa-Oceanía)
13:00 Almuerzo
14:00 Desplazamiento
15:00 Hora de la Misericordia - Taller - Visita entidades
18:00 Actividad cultural en espacios públicos
SÁBADO 16 AGOSTO
8:00 Acogida y Laudes
8:45 Conferencia de Mons. Santiago SILVA y el Padre Leonidas ORTIZ LOZADA (CELAM): SER DISCIPULOS MISIONEROS DE CRISTO MISERICORDIA, SEGUN EL DOCUMENTO DE APARECIDA Y LA MISION CONTINENTAL
9:30 Testimonio de Mary SARINDHORN (Tailandia): COMO UNA BUDISTA HIZO LA ESPERIENCIA DEL PERDON QUE VIEN DE CRISTO?
10.00 Testimonio de Sr. Ifunanya UGWOHA, NES (Nigeria):ENCONTRAR MARIA, MADRE DE MISERICORDIA, EN LA INTERCESION Y EL CONSEJO.
10:30 Refrigerio
11:00 Conferencia de Martin HOEGGER (pastor protestante de Suiza): ENCONTRAR LA MISERICORDIA ATRAVES DE LA ESPERIENCIA DE LA LECTIO DIVINA
12:00 Eucaristía (Mons. Martin UZOUKWU, Minna, Nigeria)
13:00 Almuerzo
14:00 Desplazamiento
15:00 Hora de la Misericordia - Talleres de Lectio divina
18:00 Actividad cultural en espacios públicos
DOMINGO 17 AGOSTO
Plaza Bolívar
8:00 Acogida y Laudes
8:45 Predicación de Mons. Eugenio LIRA (Obispo Auxiliario de Puebla, Secretario general de la Conferencia Episcopal Mexicana): ¿Ya doce años desde la llamada universal a la Misericordia. Como anunciar la Misericordia en nuestras diócesis como Papa Francisco?
9:45 Talleres con niños, jóvenes y adultos. Confesiones.
11:00 Eucaristía: Templete Eucarístico (Card. Ruben SALAZAR)
12:30 Almuerzo
14:00 Acto Cultural - CONCIERTO: Se propone un espacio abierto y masivo.
17:00 Hora de la Misericordia - Oración de Cierre – Adoración Eucarística.
LUNES 18 AGOSTO
Visita a la Catedral de Sal - Zipaquirá
7:30 Llegada al punto de encuentro
8:00 Salida a Zipaquirá.
9:30 Arribo al Santuario
10:00 Viacrucis por grupos de lenguas
12:00 Eucaristía (Card. Philippe BARBARIN, Lyon, Francia)
13:30 Almuerzo
14:00 Hora de la Misericordia
15:00 Conferencia del Card. Stanislaw DZIWISZ (Cracovia, Polonia)
17:30 Refrigerio
16.00 Testimonio de China: Fr. Joseph (Chinese Institute for the Mission of Mercy) COMO UN INSTITUTO PARA LA MISION A CHINA PROPONE LA MISERICORDIA EN SU FORMACION?
16.30 Testimonios de Claudia COLL (Italia): DE PORNOSTAR A MISIONERA DE LA MISERICORDIA
17.00 P. João HENRIQUE (Brasil): LA MISIÓN DE LA MISERICORDIA EN LAS PERIFERIAS DE BRASIL
17:30 Oración de cierre
18:00 Encuentro del Patronato con los Coordinadores Continentales
MARTES 19 AGOSTO
8:00 Acogida y Laudes
8:45 Plenaria (por lenguas) para compartir experiencia y evaluar la jornada
10:00 Refrigerio
10:30 Acto de Clausura
10:45 Mons. Mar ARENAS (Manilla): LA ORGANIZACION NACIONAL Y DIOCESANA DE LA MISION DE LA MISERICORDIA EN LAS FILIPINAS
11.00-11.45 Helen OA (Port Moresby, Papuasia-Nueva Guinea): LA MISION DE LA MISERICORDIA POR PARTE DE LOS JOVENES. PERSPECTIVAS DE LAS JMJ DE CRACOVIA Y DEL MUNDO.
12:00 Eucaristía (Card. Christoph SCHÖNBORN y Mons.. Ettore BALLESTRERO, Nuncio Apostólico)
13:00 Almuerzo
En savoir plus
PARA VIVIR ESPIRITUALMENTE EL CONGRESO DE LA DIVINA MISERICORDIA
Entra en este enlace:

http://casadelamisericordia.org/actividades/3-congreso-mundial-de-la-misericordia



ENCUENTRO CON LA DIVINA MISERICORDIA

Encuentro con la Divina Misericordia

(Ejercicios Espirituales en régimen de silencio)


Organiza: Santuario de la Divina Misericordia de Murcia

Dirige: D. Juan García Inza (Rector del Santuario)

Días: 10, 11 y 12 de Octubre de 2014 (Se comienza a las 18 h. del día 10 y se termina a las 18 h. del día 12)

Lugar: Casa de Ejercicios “Esclavas de Cristo Rey” de Guadalupe (a un km. de la Universidad Católica –UCAM). Lugar recogido y con amplios jardines para meditar junto a la naturaleza. Aparcamiento propio, y buena comunicación de autobuses dirección Espinardo-Guadalupe-La Ñora)

Metodología: Meditaciones, celebraciones, trabajos en grupos, oración de sanación espiritual, etc.)

Plazas limitadas  (hombres y mujeres).

Precio por persona: 72 E. todo incluido

Para reserva de plazas: Llamar al Tlf. 609932108

Una excelente manera de comenzar el nuevo Curso 2014-15


JESÚS, EN TI CONFÍO