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viernes, 18 de septiembre de 2015

HOJA PARROQUIAL DE LOS RECTORES

Hoja parroquial de los rectores
20 de septiembre 2015

 Domingo XXV del t.o. Escritura: Sabiduría 2, 17-20; Santiago 3, 16-4, 3;
Marcos 9, 29-36

EVANGELIO
En aquel tiempo instruía Jesús a sus discípulos. Les decía: -El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará.
Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaúm, y, una vez en casa les preguntó: ¿De qué discutíais en el camino?

Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: -Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos. Y acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: -El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.
COMENTARIO 
¿A QUÉ SABE DIOS?
Un niño de cuatro años a los pocos días de nacer su nuevo hermanito pidió a sus padres que le dejaran estar a solas con el baby. Los padres, preocupados por su insistencia, pensaron que tenía celos y podía hacerle daño y le dijeron que no. Tanto insistió el niño que terminaron por dejarle. El niño entró en la habitación, se acercó a su hermanito, juntó su mejilla con la de su hermanito y le preguntó: Baby, dime ¿a qué sabe Dios? Yo ya he empezado a olvidarlo.
Hacerse adulto, crecer, es perder la inocencia, dejar de ser dependiente, olvidar la casa paterna, enterrar el niño que todos llevamos dentro y vivir la vida sin ataduras familiares, sociales y religiosas. Es olvido de Dios.
La sociedad actual hace a los niños adultos antes de hora y se olvidan pronto de cómo sabe Dios.
“El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí y el que me acoge a mí acoge al que me envió”. El niño en tiempos de Jesús era símbolo de lo insignificante, de lo que no cuenta y no era contado. Acoger a Jesús es acoger al que nunca dejó de ser hijo, al que siempre vivió en contacto con el Padre.
Acoger a Jesús es acoger al hermano que nos puede decir a qué sabe Dios y acoger al hermano que nos necesita. Acoger a Jesús es acoger al primer servidor, al hombre que vivió y vive para los demás. Es acoger al Hijo del hombre entregado en mano de los hombres que lo crucificaron para resucitar al tercer día.


Sí, Dios sabe a servicio, a fracaso, a impotencia.
Los doce compañeros de Jesús, adultos ambiciosos, no estaban interesados en la catequesis de Jesús. Querían hacer carrera y triunfar. Eso de morir por nada o por los demás no entraba en sus cabezas como tampoco entra en las nuestras. Esos doce hombres llevaban su conversación, la de Jesús no les interesaba, y su preocupación era saber quién se iba a poner el brazalete de capitán del equipo. Hasta le querían quitar la primacía a Jesús, La ambición humana no tiene límites.
¿Cuántas veces la Iglesia, la institución, no ha olvidado a Jesús y se ha convertido en la protagonista, en el número uno? Peligro de ayer y de siempre. Según el Cardenal Martini,  fallecido, la Iglesia ha envejecido, tiene templos grandiosos y vacíos, tiene miedo a convertirse y a servir de verdad a los hombres.

Poema de Gabriela Mistral
Toda la providencia es un anhelo de servir.
Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.
Donde hay un árbol que plantar, plántalo tú;
Donde hay un error que enmendar, enmiéndalo tú.
Sé el que apartó del camino la piedra,
El odio de los corazones y las dificultades del problema.
Hay la alegría de ser sano y la de ser justo, pero hay sobre todo, la inmensa, la hermosa alegría de servir.
Qué triste sería el mundo si todo él estuviera hecho; si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender.
No caigas en el error de que sólo se hacen méritos con los grandes trabajos; hay pequeños servicios: arreglar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña.
Aquél el que critica, éste el que destruye; sé tú el que sirve.
El servir no es una faena de seres inferiores. Dios que es el fruto y la luz, sirve. Pudiera llamarse…! el que sirve!
Y tiene sus ojos en nuestras manos y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy?
 ¿A quién?
¿Al árbol? ¿A tu hermana? ¿A tu madre?


ESTA SEMANA

Miércoles: CENACULO DE LA DIVINA MISERICORDIA A LAS 20,30


Próximo Domingo: MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS POR LOS 50 AÑOS DE SACERDOCIO DE D. JUAN. A las 11,30 de la mañana. Después convivencia parroquial en los salones para todo el que lo desee.  Durante ella tendrá lugar una conferencia sobre la historia de EL SANTO CÁLIZ DE JESÚS CONSERVADO EN LA CATEDRAL DE VALENCIA. Os esperamos.

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