HOJA
PARROQUIAL DE LOS RECTORES
DOMINGO V
DE PASCUA: Escritura: Hechos de los Apóstoles 9, 26-31; 1 Juan
3,
18-24; Juan 15, 1-8 |
EVANGELIO
Yo soy la
vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mi y yo en él, ése da fruto
abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí, lo
tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al
fuego, y arden.
Si
permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que
deseéis, y se realizará.
COMENTARIO
Un misionero
en África tenía una lámpara eléctrica que iluminaba la
iglesia y su pequeña casa. Un día le hicieron una visita unos
hombres de unos campos lejanos. Uno de ellos se fijó en la bombilla que colgaba
del techo de la sala. Cual no fue su sorpresa cuando el cura le dio al
interruptor y la bombilla se encendió.
Uno de
los visitantes le pidió una bombilla y pensando que la quería como adorno o
Juguete le dio una bombilla fundida.
En una de
sus visitas a los poblados el misionero entró en la choza del que le había
pedido la bombilla y la vio colgada de una cuerda cualquiera. El
misionero tuvo que explicarle que para que diera luz necesitaba una lámpara,
unos cables, una conexión y una bombilla nueva.
Hoy, nos
visita el misionero Jesús en nuestra pequeña casa del Pilar y nos dice:
"No pueden producir frutos si no permanecen en mi". ¿De qué
sirve tener una bombilla colgada del techo si no está conectada? ¿De qué
sirve tener una Biblia si uno no está conectada al que es la Palabra viva de
Dios? ¿De qué sirve llevar el nombre de cristiano si uno no está
conectado al Cristo que me da el nombre? ¿De qué sirve la hermosura del
culto si no damos frutos?
El
misionero Jesús nos recuerda, hoy, a todos nosotros: "sin mí no pueden
hacer nada".
La vida cristiana, la vida del cristiano, sólo tiene
plenitud y sentido si está conectada a Cristo.
Podríamos
decir que Jesús es la planta eléctrica y su Padre es el interruptor para que se
haga la luz en su casa y para que cada uno de nosotros seamos bombillas que
lucen y alumbran. Pero tenemos que estar conectados. Son muchos los que
están desconectados. Son muchos los que quieren brillar por sí mismos. Muchos
los que hacen sus cosas, muchos los que entienden la religión a su manera,
muchos los que se conectan con Dios sólo para mendigar en los tiempos
difíciles…
El
misionero Jesús nos invita a todos, hoy, a vivir conectados a la planta
eléctrica y a botar la bombilla quemada, a vivir una vida centrada en Cristo.
"Yo
soy la vid verdadera y mi Padre el viñador. Si alguna de mis ramas
no produce fruto, él la corta, y limpia toda rama que produce frutos para que
dé más".
¡Qué hermosa
imagen en los labios de Jesús! El
es la vid verdadera, nosotros somos también parte de esta viña en la medida en
que permanecemos unidos a Jesús. Nosotros, los bautizados en Cristo,
somos ramas o extensiones que llevamos la savia de Cristo a los hermanos.
Nosotros,
los injertados en Cristo, por el bautismo somos signos visibles de la presencia
salvadora de Cristo en el mundo.
Nosotros,
los que nos alimentamos del cuerpo y la sangre de Cristo, reconocemos que él es
la fuente de nuestra energía y de nuestro vivir.
Nosotros,
viña de Los Rectores, tenemos que ser podados por el jardinero, por Dios.
Podar
duele. Dejarse podar, aunque operación dolorosa, es necesario para poder dar
fruto. Podar es cortar todo aquello que nos distrae y aleja de nuestro fin.
Podar es cortar ramas muy hermosas pero que nunca darán ningún fruto. Todos
tenemos repugnancia a la poda, prescindir de lo frívolo e inútil.
Estas
pilas están muertas. Tíralas. Pero hay pilas que son
recargables. Nosotros somos pilas recargables. Recargables, si
conectadas a Cristo. Recargables, si podados por Cristo. Recargables, con la
energía, el poder, el amor y el espíritu de Cristo.
Yo estoy
aquí, no para cumplir con un deber, sino para dejarme recargar y llenar con el
amor de Dios. ¿Y ustedes?
Y así
como una batería recargada da luz y pone en movimiento un coche, así también
una vida cristiana recargada con el amor de Dios tiene que producir el vino
nuevo del evangelio, los frutos del amor, de la fe y de la esperanza.
Ser
discípulo de Jesús es dar los frutos de Jesús.
AVISOS
El próximo domingo, en la Misa de 11,30, recibirán la Primera
Comunión los niños: Miguel López, María López, Bibiana Meseguer, José Pablo
Abril, Alfonso Alcaraz. Los
acompañaremos con alegría.
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