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sábado, 2 de mayo de 2015

HOJA PARROQUIAL DE LOS RECTORES

DOMINGO V DE PASCUA: Escritura: Hechos de los Apóstoles 9, 26-31; 1 Juan 3,
18-24; Juan 15, 1-8

EVANGELIO

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: -Yo soy la verdaderavid y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto. Vosotros estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mi y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí, lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que deseéis, y se realizará.


COMENTARIO

Un misionero en África tenía una lámpara eléctrica que iluminaba la  iglesia y su pequeña casa. Un día le hicieron una visita unos hombres de unos campos lejanos. Uno de ellos se fijó en la bombilla que colgaba del techo de la sala. Cual no fue su sorpresa cuando el cura le dio al interruptor y la bombilla se encendió.
Uno de los visitantes le pidió una bombilla y pensando que la quería como adorno o Juguete le dio una bombilla fundida.

En una de sus visitas a los poblados el misionero entró en la choza del que le había pedido la bombilla y la vio colgada de una cuerda cualquiera. El misionero tuvo que explicarle que para que diera luz necesitaba una lámpara, unos cables, una conexión y una bombilla nueva.
Hoy, nos visita el misionero Jesús en nuestra pequeña casa del Pilar y nos dice: "No pueden producir frutos si no permanecen en mi". ¿De qué sirve tener una bombilla colgada del techo si no está conectada? ¿De qué sirve tener una Biblia si uno no está conectada al que es la Palabra viva de Dios? ¿De qué sirve llevar el nombre de cristiano si uno no está conectado al Cristo que me da el nombre? ¿De qué sirve la hermosura del culto si no damos frutos?
El misionero Jesús nos recuerda, hoy, a todos nosotros: "sin mí no pueden hacer nada".
La vida cristiana, la vida del cristiano, sólo tiene plenitud y sentido si está conectada a Cristo.
Podríamos decir que Jesús es la planta eléctrica y su Padre es el interruptor para que se haga la luz en su casa y para que cada uno de nosotros seamos bombillas que lucen y alumbran. Pero tenemos que estar conectados. Son muchos los que están desconectados. Son muchos los que quieren brillar por sí mismos. Muchos los que hacen sus cosas, muchos los que entienden la religión a su manera, muchos los que se conectan con Dios sólo para mendigar en los tiempos difíciles…
El misionero Jesús nos invita a todos, hoy, a vivir conectados a la planta eléctrica y a botar la bombilla quemada, a vivir una vida centrada en Cristo. "Yo soy la vid verdadera y mi Padre el viñador. Si alguna de mis ramas no produce fruto, él la corta, y limpia toda rama que produce frutos para que dé más".
¡Qué hermosa imagen en los labios de Jesús!  El es la vid verdadera, nosotros somos también parte de esta viña en la medida en que permanecemos unidos a Jesús. Nosotros, los bautizados en Cristo, somos ramas o extensiones que llevamos la savia de Cristo a los hermanos.
Nosotros, los injertados en Cristo, por el bautismo somos signos visibles de la presencia salvadora de Cristo en el mundo.
Nosotros, los que nos alimentamos del cuerpo y la sangre de Cristo, reconocemos que él es la fuente de nuestra energía y de nuestro vivir.
Nosotros, viña de Los Rectores, tenemos que ser podados por el jardinero, por Dios.
Podar duele. Dejarse podar, aunque operación dolorosa, es necesario para poder dar fruto. Podar es cortar todo aquello que nos distrae y aleja de nuestro fin. Podar es cortar ramas muy hermosas pero que nunca darán ningún fruto. Todos tenemos repugnancia a la poda, prescindir de lo frívolo e inútil.
Estas pilas están muertas. Tíralas. Pero hay pilas que son recargables. Nosotros somos pilas recargables. Recargables, si conectadas a Cristo. Recargables, si podados por Cristo. Recargables, con la energía, el poder, el amor y el espíritu de Cristo.
Yo estoy aquí, no para cumplir con un deber, sino para dejarme recargar y llenar con el amor de Dios. ¿Y ustedes?
Y así como una batería recargada da luz y pone en movimiento un coche, así también una vida cristiana recargada con el amor de Dios tiene que producir el vino nuevo del evangelio, los frutos del amor, de la fe y de la esperanza.
Ser discípulo de Jesús es dar los frutos de Jesús.
AVISOS
El próximo domingo, en la Misa de 11,30, recibirán la Primera Comunión los niños: Miguel López, María López, Bibiana Meseguer, José Pablo Abril, Alfonso Alcaraz.  Los acompañaremos con alegría.


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