HOJA
PARROQUIAL DE LOS RECTORES
Domingo 32 del t.o. B. Escritura:1 Reyes 17, 10-16;
Hebreos 9, 24-28;
Marcos 12, 38-44 |
EVANGELIO
En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente,
dijo:"Cuidado
con los letrados. Les
encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan
reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los
primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con
pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa".
Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas,
observaba a la gente que iba echando dinero: Muchos ricos echaban en cantidad;
se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos, les
dijo: "Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas
más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que
pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir".
COMENTARIO
El mar
Muerto es símbolo de la muerte, de lo antiguo. Es el mundo de
los fariseos de los que nos habla Jesús: "Tengan cuidado con los maestros
de la ley…"
Los
fariseos de ayer y los de hoy son y somos los que cuidan sólo las apariencias,
lo externo, los
que sólo piensan en sí mismos. La religión se convierte en
show, en negocio, en fama y en poder. Es el mar Muerto porque Dios cuenta poco.
El agua de este mar no riega a nadie, está simplemente estancada. Y los
cristianos estamos llamados a ser mares abiertos, abiertos a Dios y a los
hermanos.
"Amarás
a Dios y amarás a tu hermano."
El
mar de Galilea es símbolo de vida, de lo nuevo, de la nueva Alianza, de la
donación. Es el mar de Jesús. En el mar de Galilea Jesús predica, llama a sus
discípulos, camina sobre las aguas, es el mar de la pesca milagrosa. El mar de
Jesús es el mar del amor.
"Jesús
sentado frente al alcancía del templo, miraba cómo la gente echaban dinero para
el
tesoro".
Estamos
al final del evangelio de Marcos y al final de la vida de Jesús. Y Jesús mira y
observa el comportamiento de los hombres.
¿Qué vio
Jesús en aquella visita al templo de Jerusalén?
Los
ricos daban grandes limosnas, el dinero que les sobraba. Y vio una pobre viuda
que echó el poco dinero que tenía para vivir ese día.
Jesús,
además de observar la conducta de las personas, dio una enseñanza, una
catequesis a sus discípulos.
El amor
sale del corazón limpio, no de la bolsa.
La limosna
sale del corazón generoso, no del bolsillo.
La pobre
viuda con sus dos reales dio más que los ricos con sus cheques.
La pobre
viuda confiaba en el Dios de los pobres, Él era su riqueza, su Visa Oro y su
tesoro. La pobre viuda dio a Dios todo, como expresión de su vida puesta en las
manos de Dios. Y Jesús la alabó y la puso como ejemplo.
Los
ricos, aquel día, se ganaron sólo el aplauso de los hombres, no el de Jesús.
cincuenta céntimos. Le decía: yo he ido a las
carreras de caballos y al golf, he ido al fútbol y a los mejores restaurantes,
sabes, me lo paso pipa. La moneda de cincuenta céntimos le escuchaba con
envidia y le dijo: yo no he ido a ninguno de esos sitios de los que me hablas,
pero no he faltado ningún domingo a misa.
Un
domingo un niño miraba a su madre que echaba en el cestillo de la colecta una
moneda de cinco céntimos. Cuando volvían a casa la madre criticaba el aburrido
sermón del cura. El niño le contestó: ¿qué más puedes pedir por cinco céntimos?
Jesús
observaba la conducta de los hombres, mira pero no juzga.
Hoy,
también, nos observa a nosotros, mira nuestro bolsillo y nuestro corazón. ¿Está
apegado a las cosas, es avaricioso, le da a Dios las sobras o los primeros
frutos?
A Dios
no le interesa la cantidad, sí le interesa nuestras prioridades, el orden en
que damos. Damos después de haber satisfecho nuestros gustos y caprichos o
¿podemos sacrificarnos?
¿Cuáles
son mis criterios a la hora de hacer mi ofrenda a Dios? ¿Es Dios el primero o
el último de mi lista?
AVISOS
No olvidemos que estamos en el mes de los difuntos. Posiblemente las
almas de algunos familiares y conocidos pueden estar en ese estado intermedio
que llamamos PURGATORIO, purificándose para poder gozar de la presencia de Dios
en el Cielo. Necesitan la LIMOSNA de nuestras oraciones. Lo más valioso es
ofrecer la Santa Misa por ellas, ya que es el Sacrifico de Cristo que tiene un
valor infinito. ¿No podrías ofrecer en este mes una Misa por algún familiar o conocido? Cuando muramos nos gustará
que lo hagan por nosotros. Que no sea solo la Misa del Domingo. Los demás días de
la semana se pueden ofrecer por personas concretas con una Misa “extra”.
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