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viernes, 25 de noviembre de 2011

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO- Ciclo B

HOJA PARROQUIAL DE LOS RECTORES
Primer Domingo de Adviento. Escritura: Isaías 63, 16-17; 64, 1-7; 1 Corintios 1, 3-9;
Marcos 13, 33-37
EVANGELIO
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: - Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, al amanecer: no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!


COMENTARIO
Un rabino preguntó a sus estudiantes: ¿sabe alguno de vosotros cuándo termina la noche y comienza el día? Un estudiante respondió: “Cuando ves un animal en la distancia y sabes si es una oveja o un chivo. Otro dijo: “Cuando ves un árbol en la distancia y sabes si se trata de un cerezo o una mata de plátano” Cada uno de los estudiantes iba dando ingeniosas respuestas hasta que el rabino les dijo, dejadme que os dé yo mi respuesta. La noche termina y el día comienza cuando miras a la cara de cualquier ser humano y ves la cara de tu hermano o hermana. Si no puedes hacer esto, no importa la hora del día, todavía vives en la noche.
Adviento es tiempo de distinguir a Jesucristo, Príncipe de la luz, rostro del hermano, entre los demás príncipes de este mercadillo humano. Muchos años atrás, había un anuncio que decía: “Un libro ayuda a Triunfar”. Nosotros, hoy, al comenzar el año litúrgico abrimos el Libro, nuevo ciclo de lecturas, el ciclo B, y decimos:” Un Libro ayuda a Cambiar.” Este Libro no nos ayuda a triunfar en los negocios, ni nos salva. Sólo el Señor Jesús salva. Y Jesús no es un libro. Pero con este Libro puede comenzar un cambio y una aventura hacia la vida.
Todos hemos visto, alguna vez, uno de esos pintores que hacen retratos rápidos de las personas en la calle. Un día posó un borracho sucio, sin afeitar y con ropas malolientes. A pesar de su aspecto desastroso fingió gran dignidad. El pintor le dedicó más tiempo del normal y cuando terminó le presentó al hombre su retrato. “Ese no soy yo” dijo, sorprendido, el borracho cuando se vio bien vestido y sonriendo en el retrato. Y el pintor le contestó: “Pero ese es el hombre que usted todavía puede llegar a ser”. Al comenzar este tiempo de Adviento, en que preparamos la venida del Señor, la Palabra de Dios nos dice a todos y a tique no estás preparado para el retrato porque eres prisionero de las mil trampas de este mundo, que estás sucio, desilusionado, sin esperanza, sin amor, que buscas soluciones a tus problemas en el periódico, en el horóscopo o en nuevas aventuras.
La Palabra de Dios te dice: tú puedes cambiar, tú puedes llegar a ser otro. “Tú eres nuestro Padre, nosotros somos la greda y tú eres el alfarero, todos nosotros fuimos hechos por tus manos”. Este alfarero te dice, ponte en mis manos, déjate modelar y yo te enseñaré lo que puedes llegar a ser. ¿Quieres cambiar? ¿Quieres estar preparado para la venida del Señor? ¿Quiere vivir este tiempo de espera, de Adviento, sin miedo?
Yo sé que son muchos los que no quieren, los que no se ponen a tiro de la Palabra de Dios, los que no tienen tiempo, los que viven abrumados por el trabajo, el cansancio, los hijos..., los que piensan que es imposible. La Iglesia nos ofrece a todos nosotros un tiempo nuevo, un tiempo de espera y de esperanza: ADVIENTO.
El Adviento nos recuerda que nosotros no tenemos el control de la historia ni de la vida. Dios tiene el control y nosotros, los creyente, dependemos de Dios, de su poder, de su acción y de su amor.


CATEQUESIS FAMILIAR
Continuación de la Carta Pastoral del Sr. Obispo como preparación del Año de la Fe
TIEMPO DE NUEVA EVANGELIZACIÓN
Todo lo anterior justifica la necesidad de seguir trabajando para que Dios sea conocido por todos, de ayudar a eliminar de ruidos el espacio y pueda sonar limpia y clara la voz de Dios. Hay que dar paso a una nueva evangelización.
Estamos advertidos acerca de lo que suponen las influencias de los escenarios descritos y hasta dónde pretenden llegar sus tentáculos, ya que esas realidades sociales, culturales,
políticas, económicas…, han llevado a muchos a la turbación y al miedo, porque sus niveles de influencia han sido y son muy grandes y sus “poderes” han cuestionado y han pretendido
transformar nuestra identidad y nuestra fe hasta las propias raíces. Por esta razón no podemos dejar pasar el tiempo, se hace cada vez más urgente dar respuestas, iluminar el estilo
cristiano de la vida, ofrecer el Evangelio a todos, como la perla preciosa que da sentido a toda una vida. La Iglesia da respuestas.
+ Respuesta de la Iglesia: Una nueva evangelización
La Iglesia, desde siempre, nos está urgiendo a dar la cara a la situación con valentía, pero ahora se trata de emprender una nueva evangelización misionera. Esto nos compromete, en primer lugar, a convertir nuestras personas y nuestras comunidades en vehículos más transparentes
del Evangelio de Dios; y, en segundo lugar, volver a ofrecer la Buena Noticia a todos aquellos que no la conocen o la conocen mal, a los alejados, a los que dudan... El reto que nos platea la nueva situación que estamos viviendo es la de cuidar toda la tarea evangelizadora, comenzando por nosotros mismos. La transformación del mundo se inicia ya en el cristiano convertido que rehace sus actitudes profundas y sus relaciones con los demás, movido por el dinamismo del Espíritu; también la familia cristiana coopera a la transformación de este mundo a Dios.
Cada bautizado está llamado a esta misión. La llamada a la evangelización no atañe sólo a algunos miembros de la Iglesia, sino que es un encargo y una gracia para todos los
bautizados. No se puede vivir la fe en Cristo sin dar testimonio de ésta, porque «la fe se fortalece dándola»
El Papa Benedicto XVI nos llama a asumir una actitud crítica de discernimiento y a realizar una relectura del presente a partir de la perspectiva de esperanza que el cristianismo la ofrece como don
. Por muchas razones, al hombre de hoy, sometido a tantas presiones, le conviene tomar conciencia de que no puede dejarse llevar fácilmente por tantos “intereses”, o escenarios, sin desarrollar una actitud crítica de los estilos de vida, valores, estructuras, lenguajes… Al mismo
tiempo, deberá funcionar con autocrítica para aprender a comprenderse a sí mismo a partir de las propias raíces.
Estas son las pistas que se nos ofrecen:
1.- La “nueva evangelización” que propone la Iglesia significa ponernos en marcha, discernir los cambios que están afectando la vida cristiana en varios contextos culturales y sociales, hacer una relectura de la memoria de la fe, asumir nuevas responsabilidades y energías
en vista de una proclamación gozosa y contagiosa del Evangelio de Jesucristo
. Esto nos obligará, como iglesia diocesana, a formularnos la pregunta sobre Dios
en medio de nuestro mundo, de la sociedad, y mostrar cómo la fe ilumina nuestra historia y favorece al hombre.
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EL MIERCOLES, DÍA 30, COMENZAMOS LA NOVENA A LA VIRGEN INMACULADA, en la Misa de 19,30

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