Actualizado 7 octubre 2011
Cardenal Schönborn: "Soy muy Kico"
Mi entrevista con el cardenal Schönborn
El Cardenal de Viena es el Director, la cabeza pensante, de los Congresos de la Divina Misericordia, y del WACOM, que es el organismo que coordina a nivel mundial el Apostolado de la Divina Misericordia, junto con la Congregación de religiosas de María Madre de Misericordia, a la que perteneció Santa Faustina.
El Cardenal Schönborn es un hombre de gran prestigio y personalidad. Es dominico y estudió en la Sorbona de París. Pero tiene la cualidad de ser sencillo y asequible. Todo el mundo el busca para hablar con él y hacerse una fotografía a su lado. En la peregrinación que hicimos al campo de Auschwitz se vino en uno de los trenes junto con el pueblo fiel. Al llegar a la estación de Auschwitz estuvimos un rato esperando a que llegara el segundo tren, y en esta espera tuve la oportunidad de charlar un rato con el Cardenal, que habla un perfecto castellano, así como varios idiomas más.
Cuando le dije que era español elogió mucho a nuestro pueblo, que ha sido capaz de empresas importantes de carácter religioso. Se quedó profundamente admirado de la organización y la celebración de la JMJ. “El pueblo español –me decía- tiene una profundidad religiosa que debe cuidar mucho”. Me comentó la extraordinaria impresión que le hizo contemplar en la JMJ los pasos pasionales llevados a Madrid desde distintos lugares de España. “Especialmente me encantó la Santa Cena (de Murcia), y la Virgen de Andalucía… Las esculturas, y el modo de llevarlas, son impresionantes”. Ponderó mucho la espiritualidad popular de España, Y me dijo: “No deben permitir nunca que decaiga. El pueblo fiel necesita las imágenes, y las celebraciones populares, para expresar y vivir su fe. Habrá que purificar las incorrecciones, pero nunca suprimir lo que nace de la misma fe del pueblo. Cuando yo preparaba la tesis doctoral en la Sorbona –continuó diciéndome-, los curas de Francia suprimieron lo popular a cambio de un pretendido compromiso social. Y de esa manera dieron al traste con la fe de los sencillos. Y eso trajo, junto con otros factores, la laicización del pueblo francés. Solo se ha salvado Lourdes, que es una maravilla”.
Le pregunté sobre las comunidades neocatecumenales, y me dijo con rotundidad: “Yo soy muy Kico. Estoy muy contento con la labor que están haciendo en Austria las Comunidades neocatecumenales. Es realmente esperanzador que en una sociedad en la que no hay niños, estas familias sean todas numerosas… Tienen una gran fuerza. En la JMJ demostraron la fuerza que tienen de convocatoria”. Me habló de la Universidad Católica de Murcia (UCAM), a la que está invitado a ir, pero todavía no ha podido ser. Me comentó que antes de existir la Universidad estuvo en Murcia para ver la procesión del Viernes Santo y en Lorca para contemplar a los blancos y los azules. “Se pelean un poco, pero creen en el mismo Dios y en la misma Virgen dentro de la Iglesia. Lo demás es anecdótico”.
El Cardenal de Viena es un hombre de esperanza. Le da un aire a Juan Pablo II en sus buenos años. A pesar de los problemas que tiene en su diócesis, confía en la Misericordia Divina, y esto te da cierta paz ante los problemas, o chinitas del camino. Por fin llegó el segundo tren, y en él el resto de la expedición. Le saludo atentamente y comenzamos a caminar hacia nuestra meta: rezar por la paz. Cuando uno mira la vida desde la fe, se despierta en el alma la paz, porque escuchas aquellas palabras de Cristo: “No tengáis miedo, yo he vencido al mundo”
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