Hoja
parroquial de Los Rectores
Domingo 2º de Cuaresma. B.Escritura: Génesis 22, 1-2.9-13.15-18;
Romanos 8, 31-34;
Marcos 9, 2-10 |
EVANGELIO
En aquel tiempo, Jesús se
llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con
ellos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se
volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del
mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús. Entonces Pedro
tomó la palabra y le dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos
a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".
Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y
salió una voz de la nube: "Este es mi hijo amado, escuchadlo". De
pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie lo que
habéis visto, hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos".
Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de
"resucitar de entre los muertos".
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COMENTARIO
Juan era un niño que vivía en un campo. En la escuela
vio un gran póster del circo que iba a actuar en la ciudad. Cuando llegó a casa le dijo a
su padre: Papá, ¿puedo ir al circo el sábado? Si haces todas tus tareas a
tiempo, podrás ir, le contestó su padre.
Llegó el sábado, las tareas hechas y vestido de
domingo, el padre sacó unos euros del bolsillo y después de darle mil consejos
le dejó ir a la ciudad.
Las calles estaban llenas de gente para recibir a
todos los artistas del circo. Juan se colocó en primera fila. Nunca había visto
un espectáculo tan maravilloso. Un payaso cerraba la caravana. Cuando el payaso
pasó junto a Juan, éste sacó del bolsillo sus euros y se los dio y Juan se fue
a casa. El niño pensaba que eso era el circo. Sólo había visto el desfile, pero
no vio la maravillosa actuación que tendría lugar bajo la carpa.
Con las cosas de Dios a nosotros nos pasa lo mismo.
Cuántas veces hemos confundido a Dios y a su Hijo amado con los eventos
religiosos, con las cosas y las personas y los libros…
Cuántas veces hemos confundido a Dios con nuestro
vacío espiritual y nuestra necesidad de llenarlo. Y como el niño que quería ver
el circo nos hemos contentado con el colorido y la emoción del desfile pero no
hemos entrado en la tienda de su amor; no hemos subido a la montaña donde Dios
se transfigura; y es que, hermanos, por más malabarismos que hagamos, Dios es
siempre más grande que nosotros, Dios es el misterio que nos envuelve y nos
ama.
La Cuaresma es tiempo de muchas cosas: conversión,
fe, austeridad, vacunas… Hoy la Palabra de Dios en el Génesis y en el evangelio
de Marcos nos invitan a cambiar nuestra imagen de Dios y a purificarla. "Dios
es el Padre que no perdonó a su propio Hijo sino que lo entregó por nosotros y
es el Dios que está con nosotros".
Dios no es el policía malo que nos acosa o nos multa.
Dios es el padre que siempre está del lado del pecador. Dios no es una estrella
fugaz en el espacio, es una presencia permanente en el corazón de la vida. Dios
es el Dios de Jesucristo.
Pedro, Santiago y Juan que
conocían a un Jesús que hacía milagros, anunciaba el reino, predicaba la conversión y el tiempo nuevo, recorría los
caminos de Palestina y discutía con los fariseos, un día en la montaña vieron a
un Jesús radiante y transfigurado, una nueva imagen de Jesús. Jesús, fundido en
Dios, resplandeció, se transformó, había entrado en la nube del amor de Dios. Y
sólo el amor verdadero tiene el poder de transformar. Sólo el amor verdadero
nos permite ver al Dios verdadero y transformar las falsas imágenes de Dios.
Sólo el amor verdadero nos permite vernos a nosotros mismos como hijos de Dios.
La Cuaresma es tiempo de redescubrir el Dios amor. Es el tiempo de escuchar a
Jesús, su Hijo amado.
El
Papa francisco nos convoca a un tiempo de oración para rogar a Dios por los males que aquejan
al mundo, que muchos y graves.
La Parroquia convoca a los feligreses
a tener una hora de ADORACIÓN AL SANTÍSIMO, de 8 a 9 de la tarde, el próximo VIERNES, QUE ES PRIMER VIERNES DE MES, teniendo en cuenta lo que el Señor pidió
a Santa Margarita María de Alacoque:
Ofrecer
cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas
contra el Santísimo Sacramento.
Oración: "Oh Dios, que en el corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío."
Oración: "Oh Dios, que en el corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío."
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